No es mala noticia. Otra cosa es que sigamos creyendo en las siglas. Lo que importan son las personas. Mi recomendación siempre es: fíjate en las personas de cada sindicato en tu centro de trabajo, date un tiempo para elegir a cual afiliarte. Observa bien lo que hacen, y decídete a apoyar a la persona o grupo más activo y sobre todo con mayor espíritu colaborador, si además de afiliarte aportas activamente todavía mejor. Lo de las siglas no tiene mucha importancia. Y por supuesto ni caso a órdenes de federaciones ni leches.
Por desgracia el que falla en el sindicalismo, anarquismo, comunismo, y todos los ismos en general es el factor humano. Sobre el papel los planteamiento pueden ser buenos.
Otro principio que llevo a rajatabla: si te tienes que cambiar de sindicato ¡Hazlo! No son religión. De hecho he estado en tres y votado al menos a cuatro diferentes... Siendo fiel a lo marcado arriba en negrita ahora soy presidente de mi comité de empresa, porque me han elegido mis compañeros... ¡Que yo solo entré a ayudar!
Qué mamones... Me habéis hecho tener que logearme y escribir. Debe hacer años de la última vez, aunque os leo a diario. Me interesa el tema de los sindicatos y lucha obrera. Por lo que me gustaría hacer mi pequeño aporte, empezando con preguntas, porque no termino de situarme, tengo mis dudas de si los que han enviado comentarios son trabajadores o qué son.
1. ¿Créis en los sindicatos, o en la lucha obrera (en su defecto)?
2. ¿Estáis afiliado a alguno (aunque no sean los mayoritarios)? ¿Cual?
3. ¿Proponéis alguna manera de defender vuestros derechos, y los de todos? O preguntado de otra forma: ¿Qué hacéis para luchar contra el sistema?
Esas preguntas me las he hecho a mi mismo durante muchas décadas. O sea, que seguramente muchos de vosotros estáis en fases que yo pasé. Voy a ir exponiendo esas fases, y detallo conclusiones a las que fui llegando.
1. Decepción del concepto romántico de sindicalismo. Cuando eres joven quieres creer que el que llega a ostentar un cargo sindical debe tener unos valores, tratas con una persona que te debe inspirar, que debe transmitir respeto. Pero la mayoria de las veces no sabe comunicar, de hecho los que conocí en esa época, varias décadas mayores, tenían el defecto primordial de no saber contactar con alguien mucho más joven.
2. Decepción sobre el compañero. A esto llegas cuando renuncias al primer concepto y quieres hacer tu guerra. Ves que la mayoria se han alineado con sindicatos, que otros no alineados no tienen valor o ganas. Luchar es cansado, una pesades ir contra corriente. En fin, que vas solo para delante, en plan zumbado. Esto es muy de locos, no tienes representación de nada, te creas una estigma negativa y no te escucha ni el tato. Porque la representatividad es la piedra angular de la democracia. Si reivindicar es complicado, ir en plan padre coraje no lleva a ningún sitio. No te abren ni la primera puerta.
3. ¿Sin sindicatos y sin compañero qué toca? Fundar otra sección sindical en tu centro de trabajo. Aquí tiras de parias, cuatro gatos afiliados, que te dan tu apoyo sin que eso les comprometa mucho. Tienes ya algo de representación. Se puede empezar a hacer algo. Pero, aquí llega el segundo gran problema: la representatividad es importante, pero las mayorías también. Y ahí es cuando te quedas topado. Te pasan por encima, por desgracia el 90% no se complica, vota a mayoritarios, o no se afilia o pasa un kilo. Así que igual en todas las sociedades occidentales: el poder está en manos siempre de los mismos.
Podría continuar, y mucho. Expuesto todo esto, me gustaría saber qué hacéís para que estos "gorrones y sinvergüenzas" dejen de serlo. Aparte de criticar y escribir en meneame. No son preguntas retóricas. Es que llevo toda la vida esperando que el resto haga algo. Así que he decidido hacer lo que pueda.
#4Me he llevado toda la vida diciendo eso, y a la cuasi vejez, por propia experiencia puedo reconocer que quien lo dice (e insisto que yo lo decía) está rotundamente equivocado.
Los sindicatos en nuestro país son la representación perfecta, a la imagen y semejanza de sus representados. A los trabajadores la vista nos alcanza justo hasta nuestro propio ombligo, lo veo cada día. Todos exigimos "lo nuestro", y tener más que el de al lado.
No hay más allá. Es lo que somos, por tanto la representatividad también la extiendo a los políticos, clubs de lo que quieras (recreativos, culturales, etc) donde se maneje dinero y por contra haya que poner esfuerzo. Hasta en las asociaciones de vecinos: el que llega y se queda, por selección natural, porque le compensa el tiempo que dedica, no es otro que el más sinvergüenza de entre todos los sinvergüenzas, o un tonto útil.
No hay termino medio, no puedes ser honrado y estar ahí porque tardas días en darte cuenta que navegas contra corriente, que los molinos son muchos, inmensos y te toca ser quijote. El resto, el 99.999% de los mortales preferimos mirar y criticar y sobre todo exigir que el que está haga un esfuerzo imposible por revertir el sistema. Es lo cómodo, y a lo que nos hemos acostumbrado. Cuando entras en ese mundo donde hay plasmar lo que consideras que son tu ideales te das cuenta que eres un imbécil, que vives en los mundos de yupi.
Tras esto hay quien se "adapta" y se auto-recompensa (entiéndelo como quieras), o quien se va. Pero no queda nadie en su sano juicio que tire su vida en balde por nada. En serio: sí están a la altura de los trabajadores. Siento, y me duele decirlo. Pero es así.
Ahora va a resultar que el físico ajeno es respetado en este país. Que le pregunten a Falete o a Oriol Junqueras por citar dos ejemplos que me vienen a la mente. Nadie se ha reído de ellos, y los que lo hacen son perseguidos y repudiados. Claro, claro... todo muy coherente.
Dificil consejo se puede dar a alguien en el precipicio y agarrado a la última rama. "¿Agárrate más fuerte?", eso ya lo haces desde hace mucho y se acaban las energias, ¿pedir ayuda?, es justo lo que estás haciendo.
Según parece cada vez que experimentas algo nuevo se vuelve contra ti en forma de ansiedad. Y esta es una forma de miedo. A no hacer las cosas bien, a fallar, a alguien o a tí mismo. Desde mi humilde y modesta opinión, creo que todo lo nuevo te produce ansiedad porque te auto-impones unos resultados, te exiges hacer las cosas bien o temes el fracaso.
Permíteme que te cuente una experiencia personal: varias veces a la semana visito un centro de ancianos. Y en efecto, también a mí me parece un sitio deprimente, un «moridero» como ya han dicho antes. Muchos de los internos son personas defenestradas por la sociedad y las familias. Y aunque es verdad que ya pocos pueden hacer vida diaria de manera autónoma, la principal carencia de casi todos es el amor, les falta de cariño. Al 95% no les visita nadie y los trabajadores no suelen dar a basto como para cubrir esa carencia afectiva, aunque lo intentan.
La primera vez que entré en la residencia casi me olvido que iba por un motivo concreto, y se ve vino el alma a los suelos. Era ver a gente que sufría. No todos estamos preparados para ello. Es una experiencia desagradable, pero que te enseña a ver el futuro de otro modo. No es muy dificil terminar siendo, INVOLUNTARIAMENTE, uno de ellos. A sufrir lo que ellos sufren. Y por supuesto a valorar lo que tenemos, que aunque no lo parezca es mucho más que lo que otros tienen.
Desde entonces aporto mi minúsculo grano de arena: hacerles la vida un pelín más grata. Los saludo, en grupo y en separado, en voz alta, haciéndoles ver que no son simples vegetales que dejan en un rincón. Les sonrío, hablo y ayudo en lo que puedo, les digo mil tonterias... cualquier cosa con tal de animarles la existencia. Se puede pensar que soy un perfecto zumbado, y a mí… » ver todo el comentario
A cien metros de donde escribo esto se repara un buque de la Armada Española. En él trabajan varios cientos de personas, no fabrican armas, pero contribuyen (desde tu óptica) al mantenimiento de esa industria asesina. Te hablo de gente que está pintando, baldeando, reparando válvulas, soldando, etc.
Algunos de ellos, por no decir casi todos, trabajan eventualmente unos pocos meses al año. Estamos hablando de la provincia con más paro y precariedad.
Este que te habla hizo la mili, obligado, era una época en la que solo podías elegir entre presidio o hacerla. Y como no soy un valiente hice lo que casi todos, pringar en lo que menos miedo me daba, que era estar un año haciendo el gilipollas dando barrigazos con un cetme en las manos. Puedes entender que tengo motivos sobrados para rechazar todo lo que tenga que ver con las guerras y lo militar.
Pero ocurre que, por desgracia, en el mundo que nos ha tocado vivir no está el panorama como para andarse con remilgos ni conflictos morales. Cuando tus hijos te piden comida puedes elegir entre tus principios o su salud. Y te aseguro que no es una elección dificil si sabes que no eres culpable de la muerte de nadie.
Cuando la pobreza entra por la puerta los principios saltan por la ventana.
#25 Ahora el que no te entiende soy yo, aún siendo un deporte individual se juega en équipo, incluso en dobles es considerado un equipo: "Equipo Español en la Copa Federación".
... es una de las competiciones más importantes del tenis femenino. Se disputa entre equipos nacionales, siendo una competición similar a la Copa Davis. Lleva disputándose desde 1963. La Fed Cup se disputa anualmente entre 99 países, en varios grupos y rondas. Cada ronda entre dos equipos se juega a cuatro partidos individuales y uno de dobles...
#4"... decidió representar a España en los torneos de la WTA y en el Equipo Español en la Copa Federación de Tenis de la ITF".
Según para qué. Si con tu país natal (Venezuela) o fiscal (Suiza) no te vas a comer un pimiento nos arrimamos al árbol que mejor sombra dá. Para eso sí enarbolamos la bandera de donde sea.
#60 ¿Ha escuchado alguna versión el empresario por parte de la trabajadora? ¿Ha permitido alegaciones? ¿Ha habido algún tipo de proceso justo que haya derivado en despido?
#8 Ahora sí: pon en San Google "escribir al revés", o "escribir invertido", te saldrán muchos resultados donde solo tienes que pegar el texto y abajo aparece listo para llevar a otro sitio.
Por desgracia el que falla en el sindicalismo, anarquismo, comunismo, y todos los ismos en general es el factor humano. Sobre el papel los planteamiento pueden ser buenos.
Otro principio que llevo a rajatabla: si te tienes que cambiar de sindicato ¡Hazlo! No son religión. De hecho he estado en tres y votado al menos a cuatro diferentes... Siendo fiel a lo marcado arriba en negrita ahora soy presidente de mi comité de empresa, porque me han elegido mis compañeros... ¡Que yo solo entré a ayudar!