No, sigo una rúbrica de corrección que sigue los criterios de la legislación y uno de ellos es la creación de textos propios. De todos modos, el resultado nunca suele ser bueno.
Desde luego que hay una gran dejadez por parte de sus sucesores, pero la historia tiene un halo de ficción literaria que me encanta. A veces estos sucesos hacen reflexionar. Ojalá a partir de ahora se pueda poner en valor la figura de Ramón y Cajal como merece.
Es que realmente si no se han producido denuncias en los Juzgados y los casos no han trascendido más allá de los muros de las iglesias, no sé si tienen derecho a hacerlos públicos. El gran problema es el hermetismo de la institución, no solo en abusos sexuales, también en propiedades, presupuestos, limosnas y negocios varios. Creo que a la Iglesia hay que tratarla como a cualquier otra empresa y los religiosos como a trabajadores de ella, sin los previlegios que sigue teniendo. Y, por descontado, si se produce un caso de abuso, denunciarlo a la Justicia ordinaria para que la ley actúe.
Efectivamente, nuestros padres vivieron una época en la que podían adquirir una segunda residencia, aunque no todo el mundo puede disfrutarla. Creo que es una opción para muchos, pero no para la mayoría. También hay que tener que esta segunda residencia te cierra a vivir en un lugar determinado y hoy en día es necesaria movilidad para encontrar empleo, por lo que la opción se reduce mucho. Lo siento, pero los jóvenes seguirán necesitando alquileres e hipotecas.