Un ciudadano soviético que quería ingresar en el Partido Comunista fue entrevistado por un oficial, que le preguntó: “Si tuviera dos casas, ¿qué harías con ellas?
- Darle una al Partido, camarada, y quedarme yo con la otra.
- Ahora supongamos que tienes dos coches, ¿qué harías?
- Darle uno al partido, y guardar el otro para mí.
- Supongamos entonces que tienes dos camisas.
- Oh, en ese caso me quedaría yo con las dos
- ¿Cómo? ¿Le darías al Partido una de tus casas y uno de tus coches, y no una de tus camisas?
- No me comprende usted. Es que SÍ tengo dos camisas.
- Darle una al Partido, camarada, y quedarme yo con la otra.
- Ahora supongamos que tienes dos coches, ¿qué harías?
- Darle uno al partido, y guardar el otro para mí.
- Supongamos entonces que tienes dos camisas.
- Oh, en ese caso me quedaría yo con las dos
- ¿Cómo? ¿Le darías al Partido una de tus casas y uno de tus coches, y no una de tus camisas?
- No me comprende usted. Es que SÍ tengo dos camisas.