Apreciados compañeros. Soy Gabri Ródenas, autor tanto de las novelas mencionadas como del post al que se alude aquí. En primer lugar, agradezco vuestros comentarios y observaciones y, en segundo, he sentido la necesidad de intervenir.
Las novelas, ambas, pertenecen al género ficción, si bien supuso una gran sorpresa para mí advertir hasta qué punto las similitudes —incluyendo los “nombres y apellidos”, a saber, los de las grandes empresas implicadas en el asunto— estaban muy presentes (nótese que, de hecho, y así se puede verificar en las fechas de publicación en Amazon, las dos novelas se publicaron con bastante antelación).
La explicación de cómo llegué a tales conclusiones quedan perfectamente explicadas al final del post (al tiempo que comunico que carezco de dotes adivinatorias así como de contactos en la CIA) y es probable que algún comentarista quiera verificarlas (al tiempo que ver mi cara, lo que no es ningún secreto); los libros están ahí para ser leídos (o robados o lo que sea). La documentación que manejé me facilitó el acceso a tales conclusiones, las cuales presentan una naturaleza de carácter filosófico y sociológico.
Sobre el cubo de Rubik sólo puedo apelar a la casualidad, lo cual no dejó de hacerme sonreír (las cosas del azar).
Espero, pues, que este meneo quede como una anécdota simpática, al igual que el nombre de mi web, Cómo me convertí en un escritor millonario, cuyas connotaciones irónicas siempre he creído que quedaban claras. No soy muy amigo de malentendidos y me gusta dar la cara. No obstante, tampoco tengo mayores reparos en responder públicamente (mi twitter es @gabrirodenas) a cualquier observación que cualquiera desee hacerme. Ahora bien, si alguno de los presentes es un infiltrado de la CIA, diré que, sólo en ese caso, me hallo en Hong-Kong, Moscú o Ecuador
¿Y si el tal Gabri Ródenas escribió la novela asesorado por el mismísimo Swoden? Yo la he leído y de verdad que contiene datos que sólo alguien "desde dentro" podría haber desvelado.
Las novelas, ambas, pertenecen al género ficción, si bien supuso una gran sorpresa para mí advertir hasta qué punto las similitudes —incluyendo los “nombres y apellidos”, a saber, los de las grandes empresas implicadas en el asunto— estaban muy presentes (nótese que, de hecho, y así se puede verificar en las fechas de publicación en Amazon, las dos novelas se publicaron con bastante antelación).
La explicación de cómo llegué a tales conclusiones quedan perfectamente explicadas al final del post (al tiempo que comunico que carezco de dotes adivinatorias así como de contactos en la CIA) y es probable que algún comentarista quiera verificarlas (al tiempo que ver mi cara, lo que no es ningún secreto); los libros están ahí para ser leídos (o robados o lo que sea). La documentación que manejé me facilitó el acceso a tales conclusiones, las cuales presentan una naturaleza de carácter filosófico y sociológico.
Sobre el cubo de Rubik sólo puedo apelar a la casualidad, lo cual no dejó de hacerme sonreír (las cosas del azar).
Espero, pues, que este meneo quede como una anécdota simpática, al igual que el nombre de mi web, Cómo me convertí en un escritor millonario, cuyas connotaciones irónicas siempre he creído que quedaban claras. No soy muy amigo de malentendidos y me gusta dar la cara. No obstante, tampoco tengo mayores reparos en responder públicamente (mi twitter es @gabrirodenas) a cualquier observación que cualquiera desee hacerme. Ahora bien, si alguno de los presentes es un infiltrado de la CIA, diré que, sólo en ese caso, me hallo en Hong-Kong, Moscú o Ecuador