Ya hemos visto lo que ha pasado con César Strawberry, así que me temo que la sentencia que termine pronunciándose no será una sorpresa. Tiene narices el rollo en el que han metido a esta muchacha por un puñado de tuits de mierda, pero se entiende si uno piensa que en España el poder aún lo ostentan unas cuantas familias entre bastidores.