Ah, pues entonces el trabajador puede decidir ir a la sede de la empresa, empezar la jornada laboral, y de ahí que lo lleven donde quiera la empresa, con la condición firme de finalizar la jornada laboral de 8 horas en la misma sede.
Así que, si el lugar en el que se realiza el trabajo está a 4 horas de viaje, el trabajador llegará, apretará un tornillo y se volverá, ¿no? Todo perfectamente legal. Y que le digan qué tornillo debe apretar, porque no estará para mirar planos ni nada de eso.
Y ya si el viaje dura más, entonces que calcule el sitio donde debe darse la vuelta, tiempos de descanso legales incluidos. Consejo: no fiarse mucho del GPS, porque a saber si está manipulado por el Elon Musk.
PD. edit: y por supuesto, nada de pernoctar en el lugar de trabajo, ni guardias, ni retenes ni su puta madre en patinete.
No me cuesta imaginarme la escena: encerrado en ese despacho, meditando qué rumbo tomar ante una gestión importante que atañe a los paisanos de su pueblo, dando vueltas con nervios alterados, y en un momento dado, alzar la mirada, concentrarse en ese símbolo, exclamar "¡ivaspaña!" y tomar la decisión final. Por supuesto, acorde con sus intereses particulares aunque perjudique al resto.
¿Qué? ¿no hay ninguna alusión al estado de Podemos, el lawfare sufrido, el embrión al que ha quedado reducido gracias, entre otros, a los tejemanejes de eldelirio.com con iescolar al frente?
Espero que pronto les toque a los especuladores de vivienda. Después a los especuladores de alimentos. Después a los traficantes de armas, seres humanos y drogas. Si será por gremios, hombre.
#2 Para mí madrugar es levantarse temprano, pero bien, con sus facultades más o menos intactas. Lo otro es cortar de un tajo un proceso biológico vital, es como levantarse del retrete a medio proceso, con la deposición todavía colgando.
Que no se olviden de membretear todos los paquetes de comida con el correspondiente sello para que les quede clara su procedencia y a quién deben rendir pleitesía.
No ha estado fino el manuel con el letrero: "¡Exigimos! Basta de especulación, trabajo estable, sueldos dignos, justicia social." Leído así, es una pancarta que deberían sostener los saltarines ricachones del segundo plano.