La gente tiende a mirar la fecha de creación de una cuenta para valorar la calidad de los comentarios. Me parece absurdo. Tan ridículamente absurdo que me reiré de ello en mi nick.
Verano del 2016. Vacaciones a Riga. Sabedores de que tampoco hay mucho que hacer por allí arriba y que los billetes de avión desde aquí a las Bálticas son muy caros, decidimos pasar dos días en Berlín, luego Riga y de vuelta otra vez Berlín.
Volamos por Schönefeld, con una terminal que entonces parecía una estación de autobuses por los eternos retrasos haciendo el aeropuerto de Brandemburgo. Que es básicamente el mismo Schönefeld pero con una pedazo terminal.
Al llegar al aeropuerto, en el jardín entre la terminal y el tren, una familia árabe, creo que todas mujeres, sentada en el cesped. Apenas nos fijamos. Dos días después, volando a Riga, allí seguía la misma gente, Volvemos de Riga, lloviendo, y allí seguían aún.
No sé bien por qué, pero nos acercamos a hablar con ellas. Eran refugiados sirios. Una de ellas médico, otra maestra. No sabían que hacer. No tenían nada. Esperaban a alguien que iba a llegar en avión a Alemania, pero ni siquiera sabían a que aeropuerto, ni cuando. No tenían dinero, ni comida. No se movían a la ciudad porque tenían miedo.
Les dimos lo que pudimos. Han pasado casi 9 años y no lo olvido. A saber donde andarán hoy.
Buff, media hora al teléfono con mi prima pequeña. La pobre, acaba de volver del gimnasio donde ha tenido un episodio que le ha provocado un ataque de ansiedad y todo.
Al parecer ha llegado con su amiga al vestuario, charlando de cosas normales, y en la esquina del vestuario había una señora que vestía toda de negro (recordemos que esto es el gym, no un funeral) y se ha puesto a dar gritos como una loca: ¡Mi espacio personal! ¡Mi espacio personal! ¡Todo esto es mi espacio personal! Incluso les ha tirado una zapatilla y todo.
Cómo habrá sido la cosa que las pobres han preferido agarrar sus cosas y salir en sujetador del vestuario. Los trabajadores las han atendido inmediatamente, y se han quedado acompañándolas hasta que la loca se ha marchado.
Volamos por Schönefeld, con una terminal que entonces parecía una estación de autobuses por los eternos retrasos haciendo el aeropuerto de Brandemburgo. Que es básicamente el mismo Schönefeld pero con una pedazo terminal.
Al llegar al aeropuerto, en el jardín entre la terminal y el tren, una familia árabe, creo que todas mujeres, sentada en el cesped. Apenas nos fijamos. Dos días después, volando a Riga, allí seguía la misma gente, Volvemos de Riga, lloviendo, y allí seguían aún.
No sé bien por qué, pero nos acercamos a hablar con ellas. Eran refugiados sirios. Una de ellas médico, otra maestra. No sabían que hacer. No tenían nada. Esperaban a alguien que iba a llegar en avión a Alemania, pero ni siquiera sabían a que aeropuerto, ni cuando. No tenían dinero, ni comida. No se movían a la ciudad porque tenían miedo.
Les dimos lo que pudimos. Han pasado casi 9 años y no lo olvido. A saber donde andarán hoy.
Y hasta aquí la batallita.
Al parecer ha llegado con su amiga al vestuario, charlando de cosas normales, y en la esquina del vestuario había una señora que vestía toda de negro (recordemos que esto es el gym, no un funeral) y se ha puesto a dar gritos como una loca: ¡Mi espacio personal! ¡Mi espacio personal! ¡Todo esto es mi espacio personal! Incluso les ha tirado una zapatilla y todo.
Cómo habrá sido la cosa que las pobres han preferido agarrar sus cosas y salir en sujetador del vestuario. Los trabajadores las han atendido inmediatamente, y se han quedado acompañándolas hasta que la loca se ha marchado.
La gente está fatal de lo suyo.
@Teary