Valencia no es el Tercer Mundo, pero lo parece si alguien no conoce la provincia y observa los vídeos y fotos que están dando la vuelta al mundo. Con ciudades destrozadas por una DANA que ha provocado al menos 202 muertos (serán muchos más), con calles anegadas y con montañas de coches acumulados, con accesos hundidos y carreteras reventadas, con puentes fracturados, con colas de gente buscando agua y alimentos, con voluntarios desplazándose para socorrer a los damnificados, con la triste sensación de que la respuesta para ayudar a las personas no ha estado a la altura de lo que una crisis como esta exige. Ciudades incomunicadas, incluso València, la capital, por ferrocarril; sin posibilidad de usar las conexiones con Madrid y Barcelona, con las cercanías paralizadas, con el metro sin funcionar, con la perspectiva de que esto va para largo y que se tardará meses en recuperar la normalidad.
Los vecinos de Paiporta, asediados por los estragos de la DANA, intentan desescombrar los restos arrastrados por la tromba de agua en PaiportaLos vecinos de Paiporta, asediados por los estragos de la DANA, intentan desescombrar los restos arrastrados por la tromba de agua en Paiporta David Ramos / Getty Images
Valencia no es el Tercer Mundo pero se ha confirmado que el sistema ha fallado, no solo el modelo de predicción y alerta, también los protocolos de respuesta y atención a los damnificados. El sistema institucional se ha visto completamente superado. Pensaba en lo que viví en la noche de octubre de 1982 en Alzira y cómo en aquellas fechas la respuesta fue inmediata, especialmente la de los militares, que fueron quienes aceleraron las labores de rescate y recuperación. Era un Ejército de leva, jóvenes de toda España que se deslomaron para salvarnos y para cuidarnos, que sacaron ese lodo apestoso de las calles que era una mezcla de todas las putrefacciones posibles. No había teléfonos móviles, ni… » ver todo el comentario
No se puede decir que todos los que protestaron son neonazis, agitadores, como queramos llamarlos..
Pero cierto es que viendo estas imágenes ( y otras), había mucho infiltrado listo para liarla.
Hablamos de una población totalmente desesperada y que ha perdido todo, hace falta muy poco para encender la mecha y crear un tumulto.
Lo que ha pasado hoy podía haber acabado en desgracia.
No soy muy afín de los reyes o nuestra clase política, pero esto es comportarse como borregos.