Esto es un escándalo, cobrar por aprovechar los recursos que nos otorga la naturaleza. ¿Y lo próximo, cobrar por cada vuelta de pedal que demos en la bicicleta, obligarnos a cerrar las persianas por el día para aumentar el consumo eléctrico, cobrar al que tenga su propio huerto de hortalizas? Es un sin sentido, una tomadura de pelo, una forma de legalizar el robo y penalizar lo correcto.