Según la documentación judicial, la pareja vivió sin problemas judiciales varios años, pero las denuncias arrancaron en mitad del proceso de divorcio, que empezó en 2012 y se prolongó hasta 2016, fecha en la que María Sevilla obtuvo la custodia de su hijo, que podía ver a su padre en fines de semana alternos. En 2013, un informe del juzgado ya alertaba de que detrás de las denuncias presentadas por la madre podía haber una “instrumentalización” de la Justicia.
Aun así, en el relato político del Gobierno, Sevilla es una víctima del sistema y su actitud está legitimada “hasta que seamos capaces de proteger a las madres protectoras”. Cabe recordar que su exmarido no ha sido nunca siquiera denunciado por violencia de género.
Yo todo lo que he leído de este caso es brutal. Dos años sin escolarizar, anotaciones bíblicas en las paredes, niños que no salían a la calle para nada...
Aun así, en el relato político del Gobierno, Sevilla es una víctima del sistema y su actitud está legitimada “hasta que seamos capaces de proteger a las madres protectoras”. Cabe recordar que su exmarido no ha sido nunca siquiera denunciado por violencia de género.
Yo todo lo que he leído de este caso es brutal. Dos años sin escolarizar, anotaciones bíblicas en las paredes, niños que no salían a la calle para nada...
Es vomitivo.