Lo siento, pero estás equivocado: WhatsApp nunca fue una aplicación gratuita - desde el principio estaba claro que era de pago. Eso pasa por no leerse la condiciones al firmar un contrato.
En este caso se trata de un solo euro que hay que pagar, y la gente se escandaliza. Es que es ridículo. Pero cuando, entre el 2000 y el 2008, se hipotecaban a 30 y 40 años, tampoco se leían las cláusulas detenidamente. Y ahora estamos como estamos, por culpa de esta gente.
Lo que WhatsApp es sintomático del problema del mundo en que estamos. No querer pagar ni un mísero euro y, encima, creerse el más inteligente del mundo.