Entre los fines de la educación se resaltan el pleno
desarrollo de la personalidad y de las capacidades afectivas
del alumnado, la formación en el respeto de los
derechos y libertades fundamentales y de la igualdad
efectiva de oportunidades entre hombres y mujeres, el
reconocimiento de la diversidad afectivo-sexual, así
como la valoración crítica de las desigualdades, que permita
superar los comportamientos sexistas.