#133 Dices "Cuando yo era crio, los delincuentes no eran pobres con transfondo inmigrante, eran pobres y punto" ¿y no se te cae la cara de verguenza? Espero que te denuncien por aporófobo, porque asociar la delincuencia con la pobreza es en lo que te convierte. Esta gentuza no es delincuente porque sean pobres sino por sus miserables costumbres, tradiciones y religiones del medievo (por su cultura, vaya). Yo he sido pobre toda mi puta vida y no he robado a nadie por ello, porque tengo valores que me dicen que no está bien hacerlo. A lo mejor te vuela la cabeza, pero también hay millonarios que roban por costumbre, y no son pobres. Así que basta de criminalizar al pobre sólo por el hecho de serlo.
Es gracioso que esta gente hable de "prevalecer la libertad de expresión" mientras te censuran poníendote un strike si te sales un mínimo del argumentario oficial. Si es que hay que reirse.
#2 ¿Qué tendrá que ver lo que he dicho con la libertad de pensamiento?
Las enfermedades hay que tratarlas, y más si cabe si son susceptibles de provocar que hagas daño a los que te rodean (como es el caso).
#28 supongo que te referirás a #8, ya que yo te he dado la razón y que yo tampoco he entrado ni siquiera en la noticia como tú. Pero él ha pensado que debían ser gitanos. Lo que me sorprende es ver a un racista llamando racistas a los demás. ¿Será para disimular o porque no le da para más?
#16 el subconsciente le ha jugado una mala pasada. Parece ser que él solo, sin ayuda de nadie, y por motivos que desconozco, #8 ha asociado gitanos con la palabra infrahumano. Espero que le metan una buena denuncia por delito de odio, porque hay que ser ** para llamar a todo un colectivo "infrahumanos" y luego ser tan cobarde para no admitirlo y llamar racistas a los demás.
#4 Yo no respeto a las religiones que no respetan los derechos humanos, si pudiera acabaría con ellas. ¿Te parecen respetables los dogmas que han causado tanta miseria, dolor y retraso a la humanidad?
Kenia se encuentra entre una serie de países africanos que, al parecer, pretenden introducir leyes radicales contra la homosexualidad, y el político Mohamed Ali ha declarado que quiere "expulsar completamente a las personas LGBT de Kenia".
El proyecto de ley, que castigaría las relaciones homosexuales con penas de prisión o incluso, en algunos casos, con la muerte, llega pocas semanas después de que Uganda aprobara una de las leyes anti-LGBTQ+ más estrictas del mundo, que ha sido calificada por los activistas de "vil" y "asesina".
Según un borrador del "proyecto de ley de protección de la familia" keniano, que dos legisladores han respaldado en el Parlamento, el sexo entre homosexuales podría castigarse con al menos 10 años de cárcel, mientras que la "homosexualidad agravada" -que incluye el sexo homosexual con un menor o una persona discapacitada, o cuando se transmite sexualmente una enfermedad terminal- acarrearía la pena de muerte, informó Reuters.
En la propuesta de ley de Kenia también aparecen nuevos delitos, como "promover" la homosexualidad y permitir el sexo homosexual en su propiedad, que conlleva una pena de prisión de al menos cinco años.
El proyecto de ley está siendo examinado por una comisión parlamentaria, que podría remitirlo al pleno para su votación.
El proyecto de ley reforzaría la legislación antigay de la época colonial en Kenia, en virtud de la cual las relaciones sexuales entre homosexuales ya son ilegales, y los condenados se enfrentan a penas de entre cinco y 14 años de cárcel.
Aunque las relaciones sexuales entre mujeres no están explícitamente penalizadas, Kenia no reconoce ningún tipo de relación entre personas del mismo sexo, y no existen protecciones para las personas LGBTQ+ por motivos de orientación sexual o identidad de género.
Annette Atieno, de la Comisión Nacional de Derechos Humanos de Gays y Lesbianas, declaró a Reuters: "Se trata de una legislación
#4#5 DeepL devolvió esa traducción, pero ahora que lo veo "Muslim-led" debería haber sido traducido como "liderada/dirigida por musulmanes". Corregido.
En 2015, muchos residentes liberales de Hamtramck, Michigan, celebraron que su ciudad atrajera la atención internacional por convertirse en la primera de Estados Unidos en elegir un ayuntamiento de mayoría musulmana.
Consideraron el cambio de poder y la diversidad como un reproche simbólico pero significativo a la retórica islamófoba, tema central de la campaña del entonces candidato presidencial republicano Donald Trump.
Esta semana, muchos de esos mismos residentes han visto con consternación cómo el ayuntamiento, ahora totalmente musulmán y socialmente conservador, ha aprobado una ley que prohíbe ondear en las instalaciones municipales las banderas del Orgullo, que -como muchas otras que se ondean en todo el país- pretendían celebrar a la comunidad LGBTQ+.
Los residentes musulmanes que abarrotaban el ayuntamiento estallaron en vítores tras el voto unánime del consejo, y en las páginas de las redes sociales de Hamtramck, las burlas han sido implacables: "Ciudad sin maricones", rezaba un mensaje, subrayado con emojis de un bíceps en flexión.
En un tenso monólogo antes de la votación, el concejal Mohammed Hassan gritó su justificación a los partidarios de LGBTQ+: "Trabajo para la gente, para lo que le gusta a la mayoría de la gente".
Aunque Hamtramck sigue considerándose un bastión del multiculturalismo, las dificultades de la gobernanza local y la convivencia entre vecinos con valores culturales diferentes no tardaron en aparecer tras las elecciones de 2015. Algunos líderes y residentes son ahora acérrimos enemigos políticos enzarzados en una serie de batallas a menudo despiadadas sobre el rumbo de la ciudad, y la polémica de la bandera del Orgullo representa un crescendo de la tensión.
"Hay una sensación de traición", dijo la exalcaldesa de Hamtramck Karen Majewski, que es polaca-estadounidense. "Os apoyamos cuando os amenazaron, y ahora amenazan nuestros derechos, y sois vosotros los que amenazáis".