No estoy de acuerdo. Disfruto conduciendo en mis ratos libres por pintorescas carreteras secundarias, miles de km de travesías desconocidas donde puedes encontrar bellos enclaves, descubrir lugares donde comer bien e incluso un poco de evasión de la rutina diaria, todo ello con la sensación de hacerlo tú mismo y pudiendo compartirlo con alguien más. No echaremos de menos la ruta diaria, sino más bien aquella que no lo es que hace que conducir sea algo precioso.
La cerveza es mierda y sólo por llevar alcohol, cuanta menos bebas mejor. Pero es que está tan rica y entra tan bien, bien fría, en Cádiz en verano o en Bruselas en invierno...