¡Qué orgullo de Rey, sonriendo junto a un asesino! Seguro que no se haría la misma foto sonriendo junto a asesinitos pobres como José Bretón, el Chicle, Ana Julia Quezada o Santiago del Valle.
Los niños son un coñazo, siempre llorando y dando gritos. Es una decisión sabia dejar de tenerlos, y las demás especies de animales y flora lo agradecen.