@tnt80 Es peor que eso. El verdadero coste del sistema clientelar y de favores que rige en España no es el de las mordidas, ni el dinero público desviado de los fines para los que fue recaudado. El coste más importante es el impacto que ha tenido en la estructura económica y legal del país.
Las empresas no necesitan ser eficientes, ni tener buenos profesionales, tecnología e inversión en I+D, sino contactos políticos. Eso marcará si viven o mueren. No hay incentivo para ser mejores > empresas poco competitivas fuera de mercados similares (LATAM)
Se contrata por cercanía a los políticos, y no por valía profesional. El incentivo para el trabajador o aspirante no es formarse y trabajar bien, sino hacer la pelota al enlace político; los jefes se nombran por capacidad de peloteo, no de dirección > presentismo, comiditis, valoración nula de la formación continua, impacto en conciliación etc
Hasta el modelo de autónomos, el laboral y el fiscal están mediatizados por ese sistema.
La tasa de paro supera el 60% a los 20 y no baja del 30% hasta que superas los 30 años. Ha bajado unas décimas, coincidiendo con la marcha del país de los jóvenes cualificados, especialmente entorno a la treintena. Para los que sí consiguen empleo, el último dato oficial de temporalidad juvenil (del IEE) ofrece la escalofriante cifra del 69%... Y qué tipo de temporalidad.
En resumen, la mayoría de los menores de 30 están totalmente fuera del sistema económico. Sin un presente en España, sin un plan de vida posible en el país. Y ante un sistema político/económico hermético, que se enroca sobre sí mismo a la mínima amenaza de cambio. En exclusión social.
Después de crear este marco, ver como PP y PS (casualmente apoyados mayoritariamente por gente mayor de 50 años) maniobran con toda la artillería (policía política, medios, CEOE y sindicatos, etc) para forzar que nada cambie me hace entender ciertas posiciones políticas. Cada vez más
Pablo Iglesias ha sido la mejor operación del IBEX 35 de la historia.
España, años 2008-2014, crisis total, aumento del descontento popular, con posibilidad seria de derivar en radicalismos importantes que rompan el sistema. Es inevitable.
En los medios y el Congreso no se veía, pero estaba en la calle, y explotó el 15-M.
¿Qué hacemos? Aglutinamos todo eso en un único partido (más fácil de manejar que disperso), la gente se cuadra con el partido... y poco a poco, desde dentro, el partido va moderando el radicalismo y haciéndolo inocuo.
Y claro, la gente sigue a "su" partido y a "su" líder, y le va apoyando en el cambio de discurso, aún de forma inconsciente.
Conclusión: hemos pasado de indignados (de verdad) queriendo romper con todo, a "moderados ni de izquierdas ni de derechas" queriendo ser socialdemocrátas de Dinamarca. O sea, bluff
@ninguén @el_de_la_silla_de_tijera
Las empresas no necesitan ser eficientes, ni tener buenos profesionales, tecnología e inversión en I+D, sino contactos políticos. Eso marcará si viven o mueren. No hay incentivo para ser mejores > empresas poco competitivas fuera de mercados similares (LATAM)
Se contrata por cercanía a los políticos, y no por valía profesional. El incentivo para el trabajador o aspirante no es formarse y trabajar bien, sino hacer la pelota al enlace político; los jefes se nombran por capacidad de peloteo, no de dirección > presentismo, comiditis, valoración nula de la formación continua, impacto en conciliación etc
Hasta el modelo de autónomos, el laboral y el fiscal están mediatizados por ese sistema.
En resumen, la mayoría de los menores de 30 están totalmente fuera del sistema económico. Sin un presente en España, sin un plan de vida posible en el país. Y ante un sistema político/económico hermético, que se enroca sobre sí mismo a la mínima amenaza de cambio. En exclusión social.
Después de crear este marco, ver como PP y PS (casualmente apoyados mayoritariamente por gente mayor de 50 años) maniobran con toda la artillería (policía política, medios, CEOE y sindicatos, etc) para forzar que nada cambie me hace entender ciertas posiciones políticas. Cada vez más
España, años 2008-2014, crisis total, aumento del descontento popular, con posibilidad seria de derivar en radicalismos importantes que rompan el sistema. Es inevitable.
En los medios y el Congreso no se veía, pero estaba en la calle, y explotó el 15-M.
¿Qué hacemos? Aglutinamos todo eso en un único partido (más fácil de manejar que disperso), la gente se cuadra con el partido... y poco a poco, desde dentro, el partido va moderando el radicalismo y haciéndolo inocuo.
Y claro, la gente sigue a "su" partido y a "su" líder, y le va apoyando en el cambio de discurso, aún de forma inconsciente.
Conclusión: hemos pasado de indignados (de verdad) queriendo romper con todo, a "moderados ni de izquierdas ni de derechas" queriendo ser socialdemocrátas de Dinamarca. O sea, bluff
Fuente: meneame.wikispaces.com/Ayuda