#38Una de las experiencias más perturbadoras que he tenido en mi vida ha sido la de notar, una y otra vez a lo largo de los años, la imposibilidad de hablar al corazón, a la conciencia profunda de los individuos que han cambiado su personalidad por un estereotipo grupal o ideológico.
Digas lo que digas, les muestres incluso las realidades más obvias y llamativas, nada los toca. Sólo ven lo que quieren. Han perdido la flexibilidad de la inteligencia. La han cambiado por un sistema fijo de emociones repetitivas, accionadas por un reflejo insano de autodefensa grupal.
Al principio no es realmente un cambio. El estereotipo es adoptado como un revestimiento, una señal de identidad, una contraseña que facilita la integración del sujeto en un grupo social y, liberándolo de su aislamiento, hace que se sienta hasta más humano. Después, la progresiva identificación con los valores y objetivos del grupo va sustituyendo las percepciones correctas y los sentimientos originales por una imitación esquemática de las conductas y gestos mentales del grupo, hasta que la individualidad concreta, con todo su misterio irreducible, desaparezca bajo la máscara de la identidad colectiva.
Esta transformación se vuelve prácticamente inevitable cuando la unidad de grupo tiene una fuerte base emocional, como sucede en todos los movimientos fundados en un sentimiento de «exclusión», «discriminación» y similares.
[…] cuanto más exageradas y menos realistas son las quejas grupales, tanto más fácilmente abastecen al militante de un «Ersatz» de identidad personal, precisamente porque no tienen otra sustancia excepto el propio énfasis del discurso que lo transmite.
A la insensibilización de la conciencia profunda corresponde, en contrapartida, una hipersensibilización de la superficie, una susceptibilidad postiza, una predisposición a sentirse ofendido o amenazado por cualquier cosita que se oponga a la voluntad del grupo.
(…)
El individuo «siente» que está expresando la realidad directa cuando su discurso coincide con las emociones estandarizadas del grupo, con los deseos, temores, prejuicios y odios que constituyen el punto de intersección, el lugar geométrico de la unidad grupal.
#49#51 Las condenas por violencia de género tardan días, las de otros delitos, como denuncia falsa, años. Los fiscales tienen orden de no deducir testimonio por denuncia falsa en estos juicios, por sí luego resultase que había un poso de realidad y acaba alguien en el hospital. Así que condenas por eso tendrás muy pocas. Pero hay datos que permiten imaginar la medida de ese problema. Un ejemplo:
En el primer trimestre del año se registraron 29mil denuncias por este tema, y 11mil sentencias, de las que sólo el 59% fueron condenatorias.
En un delito en que la declaración de la víctima es prueba de cargo, y si hay dudas, es suficiente para condenar.
1/3 de las denuncias no llegan ni al juicio, y ya no vale eso de retirar la denuncia, si hay una mínima base se sigue adelante. Pues sólo 1/6 son condenados. Decidme en qué delito con el acusado claro desde la denuncia se registra sólo una condena por cada 6 denunciados.
Esta gente domina a la perfeccion la técnica de hablar mucho y no decir nada. "Capitalismo malo", "tolerancia buena", "bienestar y amor para todos". Cuando les empiecen a llover las cifras de paro, de hiperinflación, de escasez, de desequilibrios producto de sus buenas intenciones, no se preocupen, que todos sabemos exactamente lo que sigue: termina el discurso de amor y paz y empieza el discurso de odio: "la culpa es de EEUU, de los burgueses, del capitalismo, del pollo hormonado, de los saboteadores, pero no se preocupen, que si nos dan un poco más de poder y mantienen su fe en sus lideres, vamos a poder arreglarlo todo". Así funciona.
#137 Claro. Y se ha normalizado pensar no sólo de forma exclusivamente ideológica, sino de una forma ideológica que identifique rápidamente «víctimas» y «verdugos», y clasifique rápidamente a cads uno de nosotros dentro de una de estas dos cstegorías: «víctimas potenciales» o «verdugos potenciales».
Fíjate una cosa: durante varios años se ha estado denunciando —sobre todo en la izquierda— lo que algunos llaman la «lógica perversa del nacionalismo» que habria llevado a muchas guerras en los siglos XIX y XX. Esa lógica consistente en no ver individuos sino sólo miembros de un colectivo, de una categoría, y en atribuir la responsabilidad de las acciones o las características de unas personas a toda su comunidad. Si unos polacos nos ha hecho esto, entonces los polacos son culpables: declarémosles la guerra. También a los niños, que son culpables por ser hijos de sus padres.
En el año 2013 esta lógica es tabú aplicarla para las naciones, pero se ha naturalizado para todo lo demás: sexo, raza… Me decía una negra estadounidense en 2008: «no sé a quién prefiero como candidato demócrata, si a Hillary Clinton, porque soy mujer, o a Obama, porque soy negra». O sea, lo importante es mi «identidad» (mi clan), y juzgo desde ahí.
Por esto se está educando a una generación de niños y jóvenes en dos creencias funestas: 1) que las relaciones de pareja son naturalmente conflictivas, 2) que uno debe edificar la igualdad y el respeto dentro la pareja no con la generosidad, la entrega, la empatía… sino con el policiamiento. Por eso las consecuencias esperables (que todo el mundo podría comprender si no estuviera intoxicado ideológicamente) están a la vista: las relaciones de pareja son cada vez más frustrantes y más conflictivas.
Todo lo que digo en mi comentario anterior (#46) es compatible con responder «sí» a la pregunta que hace #3. Es disciminatoria primero porque crea dos categorías apriorísticas para castigar de modo diferente delitos que pueden ser los mismos (pero se da una «justicia» diferente para hombres y otra para mujeres), y además porque pone en marcha medidas cautelares contra los hombres que son potenciales delincuentes que causan grave prejuicio contra ellos, y esas mismas medidas no se ponen en marcha contra las mujeres en las mismas circunstancias.
Definir un tratamiento diferente para hombres y mujeres no era necesario para combatir un fenómeno que, estadísticamente, sí admite la diferencia. De la misma forma que probablemente sea una verdad estadística que hay mayor proporción de delincuentes gitanos que de delincuentes no gitanos, pero no por eso se ha establecido por ley que si un gitano es acusado de robar se han de establecer contra él unas medidas policiales y cautelares que no se han de establecer contra un no gitano.
Pero la ideología feminista ha introducido mucha intoxicación y confusión mental, lo cual está creando problemas donde no había e introduciendo el conflicto como forma habitual de relación entre los sexos, generando unos traumas que tardaremos en superar.
#45 Me explico. El llamado «feminismo de la igualdad», opuesto al «feminismo de la diferencia», es la corriente mayoritaria del feminismo doctrinal, y sostiene que la mayoría de los comportamientos sociales diferenciales entre hombres y mujeres son de tipo «cultural», es decir, no son naturales, no respoden a una psicología natural de cada sexo, sino que son convenciones sociales.
Según esto, no hay nada particularmente natural en que los hombres tengan más reacciones violentas, físicamente, que las mujeres, sino que el hombre habría sido «enseñado» o «condicionado» para actuar con más violencia de lo que han sido «enseñadas» o «condicionadas» las mujeres.
Este tipo de mensajes que se lanzan con noticias como esta, queriendo dar a entender que las mujeres son «tan capaces» como los hombres de pegarles a sus parejas, parece compartir esta visión del feminismo de la igualdad. De que ambos sexos son, en estado «natural», básicamente iguales desde el punto de vista psicológico. Y de ahí que la idea de que los hombres sean particularmente violentos sería un «prejuicio» difundido por una especie de «campaña de difamación» las feministas contra los hombres.
Desde mi punto de vista todo esto no tiene base ni sentido. Y de ahí que, en mi opinión, por el mismo motivo que el feminismo de la igualdad y sus puntos de vista, hoy extendidos por doquier, se fundan en falsedades, este tipo de respuesta al feminismo comparando la violencia causada por mujeres con la violencia causada por hombres es igualmente falsa y falaz.
Los hombres tenemos, sí, unas condiciones psicológicas que nos hacen potencialmente más tendentes a la violencia física dentro no sólo de la pareja sino de la familia en general. Siempre ha sido así, y siempre será así. Lógicamente, la cultura y la educación deben intentar minimizar esto al punto mínimo posible.
#29 @ Yiteshi Para aludirse como subversivos a algunos le gustan demasiado las reglas, y cómo no, ese «meme» insufrible de gritar ¡Falacia, Falacia! como aquel ¡Thalassa, Thalassa! en la Anábasis de Jenofonte, descubriendo el artículo correspondiente de la Wiki, para acabar usando la peor falacia de todas, la de la Autoridad de uno mismo, inmodestia que ofusca al más retórico y amigo de los rollos macabeos, nótese el final del «argumento»: “y con quien cree que es el jurado de Eurovisión”. Un Saludo para todas las víctimas de la feliz falacia ajena, cualquiera en cualquier momento.
#7 Hay un problema legal muy serio, y es que en España no se puede renunciar a la filiación. Si mi novia y yo, una pareja de lesbianas muy bien avenida, no podemos pagarnos la reproducción asistida y tenemos que recurrir a un "colega", por mucho que él esté de acuerdo en ser solamente un donante, no puede firmarnos un papel en el que renuncie a los derechos paternos en el futuro.
Imagina que pasados tres años mi colega tiene dificultades económicas y me dice que o le doy pasta o reclama la custodia. O simplemente se le despierta el instinto paternal. Hasta que no se pueda renunciar a la filiación, es un riesgo demasiado grande.
Por otro lado, imagina que es mi novia la que se queda embarazada y yo soy la madre "de corazón". Para que yo figure como progenitora desde el momento de la concepción es necesario (a) que estemos casadas (cosa que no se exige a los heterosexuales), y (b) aportar un certificado que te dan en la clínica donde tiene que figurar que el donante es anónimo. De lo contrario, no es mi hijo hasta que inicie un proceso de adopción, que se complica más si hay un padre legal por ahí.
#107 Mi primer comentario: el pueblo no es mejor que sus gobernantes sino un reflejo.
A lo que tú me vienes a decir que eso seré yo porque tú eres muy bueno y también la mayoría de los que te rodea. Así que las guillotinas eliminarán el mal de la sociedad y la buena gente podrá dirigirla.
El maniqueísmo está en suponer que los dirigentes actuales y los dirigidos somos de naturalezas humanas distintas, los unos corruptos y los otros incorrompibles. Por naturaleza. De modo que eliminados los malos, el mal desaparece.
Me parece ingenuo, sobre todo viendo la enorme cantidad de pequeñas o grandes miserias de la gente corriente. Suponer que en situación de poder no van a corromperse igual porque "pertenecen al pueblo" me parece infundado.
#6nuestro comportamiento sería diferente, nuestra aceptación de la corrupción sería menor y los comportamientos incívicos mucho menos aceptables como lo es hoy en día.
Eso entra en el terreno de la fantasía más boba.
Si hay una razón por la que este país está lleno de sinvergüenzas es porque somos unos sinvergüenzas, en monarquía y república, dictadura y democracia. Y el único impedimento para que seamos mejores es que nadie quiere ser primero, que vivimos muy cómodamente en nuestro mundillo de aprovechados y puñaladas traperas y echamos balones fuera diciendo que es el sistema que no nos deja ser buena gente. Así, lavándonos las manos.
No, echar al rey no nos va a hacer ni una pizca mejores. Decapitar a los adversarios políticos "por el pueblo" no va a hacer sino una dictadura (por mucho que se haga nombrando palabras bonitas, no es democratica la limpieza ideológica) que reemplace a unos miserables por otros.
Me meo. Ahora el PT, según los meneantes, es de derechas. Está claro que esto de la extremoprogresía es igualito que un proceso paranoide: se alimenta según su propia «lógica» hasta la exacerbación. El punto de destino de esta lógica es que el «auténtico de izquierdas» llegue a la conclusión de que sólo existe una persona verdaderamente de izquierdas (léase, perfecta moral e intelectualmente) en el mundo: él mismo. Creo es que sólo la necesidad emocional de hablar con alguien que le impide ser coherente y llegar a esa conclusión.
#10 Pues a mi que el artículo hable con bromas, me diga precios, diga lo barato y a cuenta que sale, me lo ponga como un objeto de ocio corriente e incluso me señale a los puteros como gente envidiada y feliz... me parece que me está haciendo una publicidad descarada.
Ya sólo el título te intenta relacionar el puterismo con la felicidad.
#11 Vale, te lo argumento encantado.
Espero que te deshagas primero del dogma de que cualquier cosa que uno piense es aceptable, todo el mundo con el que hablo del tema me recita el mantra de que sin daño aparente no hay mal, y eso es absolutamente arbitrario. Si quieres contestar con eso, te exijo que lo justifiques. Si no admites creencias yo tampoco, y el liberalismo es una creencia.
Simplemente espero que estemos de acuerdo en la base de la existencia de derechos humanos, que si no esto puede ser una discusión bizantina.
La sexualidad forma parte de las relaciones humanas que como seres sociales y sexuados tenemos. Otras relaciones como la amistad, el amor, la fraternidad, la paternidad y demás son formas de relación humana.
La economía se ocupa del intercambio de recursos. La transformación de la amistad, el amor, el sexo o la propia vida en un elemento negociable desvirtúa la libertad personal y pervierte sus motivos, al colocarlos en el mismo plano (los hace inmediatamente comparables, el dinero es eso, un elemento de comparación de valor) que cualquier otro objeto.
Es la misma idea que se esconde en el mercado de esclavos. Una persona pasa a ser un objeto. Por cierto, también se puede uno mismo vender como esclavo, era común en la antigüedad para el pago de deudas o agravios.
La consideración de la persona como un objeto en potencia derrumba toda concepción de los derechos humanos, de una dignidad que no es de libre disposición para nadie, ni para uno mismo. Nadie puede renunciar a si dignidad, venderla o comprar la ajena.
La diferencia fundamental con cualquier otro trabajo es que el sexo, al ser un acto humano… » ver todo el comentario
#131 Claro que lo entiendes, de hecho pareces de los pocos dispuesto a entenderlo. Te incluí en la copia para sentirme acompañado.
El titular es una manifestación de la actitud de rebaño propia de nuestros tiempos, que se consideran tan «democráticos», y «pluralistas» paradójicamente. Cuando se usa la palabra en un espacio público, por el general el único interés es generar la adhesión unívoca al punto de vista de uno y el ataque total al punto de vista de otro. Por eso, en la prensa, el interés de cualquier debate se reduce a si sirve para hacer piña con los míos para atacar a los otros. Por eso, aunque la inclusión de Esperanza Aguirre en en titular es forzada, desde el punto de vista del «espíritu de nuestro tiempo» es coherente.