#56 Aún así está metido a calzador lo que ha dicho. Una cosa son los asuntos internos peliagudos que la Iglesia tiene y otra muy distinta el tema del aborto. Primero, barre tu casa... y predica con el ejemplo.
#18 Como dice el refrán, "dinero llama a dinero". Un golpe de suerte y ¡pun! ganas 50€ que pronto tendrán que traerse a la parienta, otros 50, y tendrán hijos de 10€, traerán a la hermana soltera de de 20 y al abuelete de 500...
Y dale leña al mono: que no, que la piratería no es el problema, el quiz de la cuestión es la mierda que hacen y se atreven a llamarlo "cine". Como dice #3 ¿qué pasa, que Amenábar tiene el antídoto y no lo comparte? Pues sus jodéis, por lerdos y pedantes. Yo no me he bajado una peli española en mi vida y mira que veo cine.
#13 Ya te digo. Esos lanzamientos de zapatilla con efecto que consiguen dar en el blanco estés donde estés, eso sólo lo puede hacer una madre desde el cariño. Ya sé, fuera de tema.
#10 Ah, es que es tan al comienzo y como no he puesto el audio se me ha escapado. Sigo sin ver más que empujones para que se quite de en medio. Pues agresión.
#10 ¿Y qué me dices de cómo guardan la distancia de seguridad con ciclistas? Sé que está feo generalizar, pero cada vez que algún coche me roza el manillar no me hace falta girar la vista para saber que es un taxi.
#10 No he dicho que los mendigos deban depender de la caridad, pero sí que creo que debemos (a mi me lo pide el cuerpo, pero no voy a obligar ni a censurar a nadie por no hacerlo, ojo) ayudar cuando la ocasión se presenta tan tan evidente y fácil. Ésta del vídeo.
Solidaridad: adhesión circunstancial a la causa o a la empresa de otros.
Caridad: actitud solidaria con el sufrimiento ajeno.
#5 Dime ¿qué es "solidaridad"? Porque me parece que me he perdido. Prefiero dar "limosna" y tal vez sentir que me han tomado el pelo que no dar, sintiéndome muy solidario y no hacer nada por alguien que lo necesita. Además, los cinco euros no son míos, joder.
Me pasó una vez algo curioso: saqué dinero del cajero y al darme la vuelta vi en el suelo veinte libras. Bueno, pues justo una pava pasaba por ahí, me los voló del suelo y me pregunto con el billete bien agarrado "¿es tuyo?" Yo palmé mi dinero y le musité que no. "Pues entonces son míos". Qué hija de puta, aún pienso que eran míos y que conté mal por la situación tan violenta que me planteó.