Los insultos más frecuentes en español son un conjunto creativo de palabras referidas al sexo, la familia o las características de la persona a la que se insulta. Existe un mecanismo de creación de insultos muy productivo en español y que permite innovar en el antiguo arte del escarnio.
El mecanismo es el siguiente: consiste en coger la tercera persona del singular en presente de indicativo de un verbo y pegarle un sustantivo en plural. El resultado (si se escogen bien el verbo y el sustantivo en cuestión) es un insulto sonoro y más original que las clásicas palabras malsonantes, y con la característica de que la forma resultante es invariable en género y número, es decir, se puede usar para femenino, masculino, singular o plural. La ventaja de este mecanismo es que permite ir más allá de las cuatro palabras malsonantes de siempre y permite innovar y crear nuevos insultos, como bajateclas (para referirse a un pianista)
Que monos son los jodios no puedo parar de mirarlos. #gaticosenvena
Los insultos más frecuentes en español son un conjunto creativo de palabras referidas al sexo, la familia o las características de la persona a la que se insulta. Existe un mecanismo de creación de insultos muy productivo en español y que permite innovar en el antiguo arte del escarnio.
El mecanismo es el siguiente: consiste en coger la tercera persona del singular en presente de indicativo de un verbo y pegarle un sustantivo en plural. El resultado (si se escogen bien el verbo y el sustantivo en cuestión) es un insulto sonoro y más original que las clásicas palabras malsonantes, y con la característica de que la forma resultante es invariable en género y número, es decir, se puede usar para femenino, masculino, singular o plural. La ventaja de este mecanismo es que permite ir más allá de las cuatro palabras malsonantes de siempre y permite innovar y crear nuevos insultos, como bajateclas (para referirse a un pianista)