Después de varios meses intercambiando información, la operadora finalmente proporcionó un contrato donde se mostraba una firma que no correspondía con la del marido.
Por ello, la afectada interpuso una denuncia ante la Dirección General de la Policía por un supuesto de falsificación de la firma. Con esto, Orange finalmente accedió a reconocer la irregularidad cometida y posteriormente devolver el total de 855,84 euros cobradas de modo injustificado en la cuenta del marido fallecido.