Estas son las verdaderas motivaciones para luchar por otra democracia. No se pueden echar a 8500 trabajadores de una compania ex-estatal, repartir beneficios millonarios, recibir subvenciones aùn màs millonarias que pagamos todos y contratar a los gestores de las operaciones como consejeros para repartirse un botìn que estamos aportando nosotros con nuestros impuestos. Democracia real ya!
Yo no sé si tuve alta capacidad o qué, pero fuí precoz en el aprendizaje, y siempre he tenido el placer de aprender cosas. Yo no me acuerdo el aburrirme de pequeña, porque siempre estaba leyendo, aprendiendo a hacer algo y, por supuesto, jugando (sobretodo con los chicos). Me gustaba saber un poco de todo, y me crié una fama de "inteligente" desde bien jovencita que me costó mucho llevar. Yo era el bicho raro, la que preguntaba cosas que apenas nadie sabía, la que quería saber cosas que a nadie más le interesaba. Además, siempre era yo a la que acudían (y acuden) a preguntarme las cosas, como si fuese una enciclopedia, y yo no sé tanto ni tantas cosas, pero siempre busco el modo de ayudar. Al encontrarlo, ya se piensan que sé de todo. La inteligencia, amiguitos, no está bien vista, y por ejemplo, los chicos en los que se fijaron mis ojitos se asustaron ante alguien como yo. Cuando fingí ser tonta me fueron bastante más de mejor las cosas en tema de hombres . Me decían que yo imponía mucho.
Me faltó alguien que me dirigiera. Eso es lo que echo en falta en mi niñez y adolescencia. Alguien que me ayudara a usar mi cerebro. He hecho muchas cosas en la vida, he sacado mis estudios... pero noto que pude dar mucho más y me estanqué en una vida normal.
Me acuerdo de preguntarle a los mayores si les pasaba lo mismo que a mí, que yo no paraba de pensar, que siempre estaba pensando en algo, que me venían cosas a la cabeza, o me interesaba al minuto en otra cosa... Cuando me dijeron que no, me sentí rara. Y la cosa es que me sigue pasando lo mismo.