La religión es asunto privado que junto con sus símbolos han de estar excluidos del ámbito público.
Proselitismo en la iglesia, la madrasa, sinagoga.......
Operar según la información que uno recaba parece una libertad irrenunciable.
Inducir a error al contrincante, como en el póker, también parece lícito.
Ambas acciones, en la búsqueda del propio beneficio, pueden conducir a desastres colectivos como la crisis que vivimos, que si no ha llegado a más ha sido por el aporte del dinero público del ciudadano que no se había metido en esas timbas,
El esfuerzo personal ha de tener adecuada recompensa, pero la ambición sin freno atenta contra el interés público.
La regulación del mercado ha de moderar la mano invisible o ésta pude volverse agresiva.
Esto es cargarse los servicios públicos para privatizarlos y dárselo a los socios......Cabrones, esperáis que estemos dormidos, lo pagaréis de un modo u otro. Sabemos vuestros apellidos....Temblad.