Cuando se habla de sexo se piensa en binario, pero como me explicó un colega sexólogo, no existe la pureza sexual, somos un muro formado por ladrillos azules y rosas, que desde la lejanía se ve de un color uniforme, pero que cuando te acercas se puede apreciar que también tiene ladrillos del otro color, por lo que el sexo no es blanco o negro, sino un espectro con millones de grises, y que ser mujer u hombre no es una cuestión de genes, genitales, vello, pecho, etc. sino una cuestión cerebral.
"El sexo no es disyuntivo, sino conjuntivo; así pues, no somos ándricos o gínicos (azules o rosas), sino que somos ándricos y gínicos (azules y rosas). O sea, somos «ginándricos», pues la intersexualidad no es la excepción, sino la norma. Así que, todos y todas tenemos –mucho o poco– de «lo uno» (lo que tenemos como «propio») y de «lo otro» (lo que tenemos como «ajeno»). Así pues, los sexos insoslayablemente, interactúan y conviven." -Instituto de Sexología Sustantiva
"Durante mucho tiempo se ha creído que lo masculino y lo femenino eran dos valores antagónicos y profundamente diferenciados. [...] Pero a media que los estudios sobre biología sexual han ido progresando, se ha visto, cada vez con mayor claridad, que el "varón-tipo" y la "hembra-tipo" son entes casi en absoluto fantásticos; y que, por el contrario, los estados de confusión sexual, en una escala de infinitas gradaciones que se extienden desde el hermafroditismo escandaloso hasta aquellas formas tan atenuadas que se confunden con la normalidad misma, son tan numerosos, que apenas hay ser humano cuyo sexo no esté empañado por una duda concreta o por una sombra de duda". -Inicio de "Los estados intersexuales de la especie humana", un libro científico de hace casi 100 años, pero muy actual, ya que aún a día de hoy seguimos creyendo en esos entes fantásticos.
"El sexo no es disyuntivo, sino conjuntivo; así pues, no somos ándricos o gínicos (azules o rosas), sino que somos ándricos y gínicos (azules y rosas). O sea, somos «ginándricos», pues la intersexualidad no es la excepción, sino la norma. Así que, todos y todas tenemos –mucho o poco– de «lo uno» (lo que tenemos como «propio») y de «lo otro» (lo que tenemos como «ajeno»). Así pues, los sexos insoslayablemente, interactúan y conviven." -Instituto de Sexología Sustantiva
"Durante mucho tiempo se ha creído que lo masculino y lo femenino eran dos valores antagónicos y profundamente diferenciados. [...] Pero a media que los estudios sobre biología sexual han ido progresando, se ha visto, cada vez con mayor claridad, que el "varón-tipo" y la "hembra-tipo" son entes casi en absoluto fantásticos; y que, por el contrario, los estados de confusión sexual, en una escala de infinitas gradaciones que se extienden desde el hermafroditismo escandaloso hasta aquellas formas tan atenuadas que se confunden con la normalidad misma, son tan numerosos, que apenas hay ser humano cuyo sexo no esté empañado por una duda concreta o por una sombra de duda". -Inicio de "Los estados intersexuales de la especie humana", un libro científico de hace casi 100 años, pero muy actual, ya que aún a día de hoy seguimos creyendo en esos entes fantásticos.