Las resoluciones
Tras la expulsión de los anarquistas en el Congreso de la Asociación Internacional de Trabajadores (La Haya, 2-7 de septiembre de 1872), Mijaíl Bakunin, James Guillaume y miembros de diversas federaciones y secciones anarquistas se reunieron en el pueblo de Saint-Imier (Jura suizo) y adoptaron una serie de resoluciones en el llamado Congreso de la Internacional Antiautoritaria.
PRIMERA RESOLUCIÓN
Posición de las Federaciones reunidas en el Congreso de Saint-Imier, con referencia a las resoluciones del Congreso de La Haya y del Consejo General
Considerando que la autonomía e independencia de la federación y de las secciones obreras son la primera condición para la emancipación de los trabajadores.
Que todo el poder legislativo y reglamentario otorgado al Congreso sea una negación flagrante de esta autonomía y libertad:
El Congreso niega, en principio, el poder legislativo de todos los Congresos, ya sean generales o regionales, y no reconoce otra misión que la de presentar las aspiraciones, las necesidades y las ideas del proletariado de las diferentes localidades o países, para que su armonización y su unificación se realicen en la medida de lo posible. Sin embargo, en ningún caso debe permitirse que la mayoría de un Congreso imponga sus resoluciones a la minoría.
Por otra parte, la creación de un Consejo General en la Asociación Internacional de Trabajadores corre el riesgo, por su naturaleza e inevitablemente, de convertirse en una violación permanente de esta libertad que debe ser el fundamento de nuestra gran Asociación;
Considerando que los actos del Consejo General de Londres, que está en proceso de disolución, en los últimos tres años, son una prueba visible de los defectos inherentes a esta institución;
Que, para aumentar su poder, inicialmente muy limitado, ha recurrido a las más despreciables intrigas, mentiras, calumnias, buscando manchar la reputación de todos los que se han atrevido a oponerse a él;
Que, para llegar a la realización final de sus puntos de vista, ha estado preparando durante mucho tiempo el Congreso de La Haya, en el que la mayoría, especialmente organizada, no tenía otro objetivo que el de establecer, en el seno de la Asociación Internacional, el gobierno de una autoridad autoritaria de partido; y que, para lograr ese objetivo, no ha dudado en pisotear toda pizca de decencia y justicia.
Que tal Congreso no puede ser la expresión del proletariado de los países en él representados; El Congreso de delegados de las Federaciones Española, Italiana, Jurásica, Americana y Francesa, reunido en Saint-Imier, declara que rechaza en su totalidad las resoluciones del Congreso de La Haya, y que no reconoce en modo alguno el poder del nuevo Consejo General elegido por el Congreso. Para proteger a sus Federaciones de las pretensiones gubernamentales de este Consejo General, así como para salvar y reforzar aún más la unidad de la Asociación Internacional, los delegados sentaron las bases de un proyecto de pacto de solidaridad entre estas Federaciones
SEGUNDA RESOLUCIÓN
Pacto de amistad, solidaridad y defensa mutua entre las Federaciones libres
Considerando que la gran unidad de la Asociación Internacional no se basa en la organización artificial y siempre maligna de ningún poder centralizador, sino, por un lado, en la comunión real de intereses y aspiraciones del proletariado de cada país y, por otro, en la alianza espontánea y absolutamente libre de las federaciones y secciones libres de todos los países;
Considerando que, en el seno de las Asociaciones Internacionales, existe una tendencia, manifestada abiertamente en el Congreso de La Haya por el partido autoritario que es el comunismo alemán, a sustituir su control y el poder de sus dirigentes por el libre desarrollo y la organización espontánea y libre del proletariado;
Considerando que la mayoría de los delegados del Congreso de La Haya renunciaron cínicamente a todos los principios de la Asociación Internacional para seguir los ambiciosos objetivos de este partido y de sus dirigentes; y que el nuevo Consejo General elegido por ese Congreso y dotado de poderes aún mayores que los que recibió de la Conferencia de Londres, amenaza con destruir la unidad de la Asociación Internacional con sus ataques a la libertad;
Los delegados de las Federaciones y Secciones Española, Italiana, Jurásica, Francesa y Americana, reunidos en este Congreso, han decidido, en nombre de estas Federaciones y Secciones, y a reserva de su aceptación y confirmación definitiva, suscribir un pacto de amistad, solidaridad y defensa mutua en los siguientes términos:
Las Federaciones y Secciones españolas, italianas, francesas, jurásicas y americanas, y todas aquellas que deseen adherirse a esta alianza, tendrán comunicaciones y correspondencia regular y directa entre ellas, con total independencia de cualquier control gubernamental;
Cuando una de estas Federaciones o Secciones sea atacada en materia de libertad, ya sea por la mayoría de un Congreso General, o por el Gobierno o Consejo General elegido por dicha mayoría, todas las demás Federaciones y Secciones se declararán en pleno acuerdo con dicha Federación.
Las Federaciones y Secciones proclaman a viva voz que el objetivo principal de la estipulación de este pacto es la salud de esta gran unidad de la Asociación Internacional que ha sido puesta en peligro por la ambición del partido autoritario.
TERCERA RESOLUCIÓN
La naturaleza de la acción política del proletariado
Considerando:
Que tratar de imponer al proletariado una línea de conducta o un programa político uniforme como la única vía que puede conducir a su emancipación social es una forma de presunción absurda y reaccionaria.
Que nadie tiene derecho a privar a las federaciones y secciones autónomas de su derecho incontestable a decidir por sí mismas y a seguir la línea de conducta política que consideren mejor, y que cualquier intento de este tipo conduciría inevitablemente al más repugnante dogmatismo;
Que las aspiraciones del proletariado no pueden tener otro objetivo que el establecimiento de una organización y una federación económica absolutamente libre, basada en el trabajo y en la igualdad para todos y absolutamente independiente de cualquier gobierno político, y que esta organización y esta federación sólo pueden ser el resultado de la acción espontánea del propio proletariado, de los organismos comerciales y artesanales y de las comunas autónomas;
Considerando que ninguna organización política puede ser diferente de la organización de la dominación en beneficio de una clase y en detrimento de las masas, y que el proletariado, si quisiera tomar el poder, se convertiría él mismo en una clase dominante y explotadora;
El Congreso reunido en Saint-Imier declara:
1. Que la destrucción de todo poder político es el primer deber del proletariado.
2. Que cualquier organización de una autodenominada autoridad política provisional y revolucionaria con el fin de asegurar esa destrucción no puede ser más que otro fraude y sería tan peligrosa para el proletariado como cualquier gobierno existente en la actualidad;
3. Que, renunciando a cualquier compromiso para la realización de la Revolución Social, los proletarios de todos los países establezcan la solidaridad de la acción revolucionaria al margen de toda política burguesa.
CUARTA RESOLUCIÓN
Organización de la Resistencia Obrera - Estadísticas
La libertad y el trabajo son la base de la moral, la fuerza, la vida y la riqueza en el futuro. Pero, si el trabajo no se organiza libremente, se vuelve opresivo e improductivo para el trabajador; y por eso la organización del trabajo es el requisito esencial para la emancipación auténtica y completa del trabajador.
Sin embargo, el trabajo no puede proceder libremente si no tiene acceso a las materias primas y a todo el capital de la sociedad, y no puede organizarse si el trabajador, libre de la tiranía política y económica, no adquiere el derecho al pleno desarrollo de todas sus facultades. Ningún Estado, es decir, ningún gobierno o administración de masas de arriba abajo, que se base necesariamente en la burocracia, los ejércitos, el espionaje, el clero, podrá jamás lograr una sociedad organizada sobre la base del trabajo y la justicia. Ya que, por la propia naturaleza de su organización, se ve abocado inevitablemente a oprimir a los primeros y a negar a los segundos.
Tal como lo vemos, el trabajador nunca podrá liberarse de la vieja opresión si no sustituye ese organismo insaciable y desmoralizador por una federación libre de todos los grupos de productores sobre la base de la solidaridad y la igualdad.
De hecho, en varios lugares ya se ha intentado organizar el trabajo de forma que se mejoren las condiciones del proletariado, pero la más mínima mejora fue pronto devorada por la clase privilegiada que siempre se esfuerza, sin freno ni contención, en explotar a la clase obrera. Sin embargo, son tales las ventajas que ofrece esta organización que, incluso en su estado actual, la gente no podría prescindir de ella. Integra cada vez más al proletariado en una comunidad de intereses, lo capacita para la vida colectiva y lo prepara para la lucha suprema. Además, dado que la organización libre y espontánea del trabajo es lo que debe reemplazar el privilegio y la autoridad del Estado, ofrecerá, una vez establecida, una garantía permanente del mantenimiento del organismo económico por encima del cuerpo político.
Por lo tanto, dejando los detalles de la organización positiva para la Revolución Social, nos proponemos organizar y desplegar la resistencia a gran escala. Consideramos que la huelga es un arma valiosa en la lucha, pero no nos hacemos ilusiones sobre sus resultados económicos. Lo aceptamos como un producto del antagonismo entre el trabajo y el capital, cuya consecuencia necesaria es hacer que los trabajadores sean cada vez más conscientes del abismo que existe entre la burguesía y el proletariado, fortalecer la organización obrera y, a fuerza de luchas económicas ordinarias preparar al proletariado para la gran y definitiva lucha revolucionaria que, destruyendo todos los privilegios y diferencias de clase, dará al trabajador el derecho al disfrute del producto íntegro de su trabajo y, por tanto, los medios para desarrollar en la comunidad todas sus facultades intelectuales, materiales y morales.
La Comisión sugiere que el Congreso nombre una comisión que presente al próximo Congreso un proyecto de organización universal de la resistencia y cuadros estadísticos detallados sobre el trabajo que arrojen luz sobre esta lucha. La Comisión recomienda la organización española como la mejor hasta el momento. Traducido con la versión gratuita del Traductor de DeepL.
RESOLUCIÓN FINAL
El Congreso se propone enviar copias de todas las resoluciones del Congreso, y del "Pacto de amistad, solidaridad y defensa mutua", a todas las Federaciones Obreras del mundo, y actuar de forma concertada con ellas en asuntos de interés general para todas las Federaciones libres.
El Congreso invita a todas las Federaciones que se han unido para formar este pacto de amistad, solidaridad y defensa mutua, a consultarse inmediatamente, junto con todas las Federaciones o Secciones que deseen adherirse a este pacto, para definir la naturaleza y la fecha de su Congreso Internacional, esperando convocarlo a más tardar en seis meses a partir de hoy.
Participantes en el Congreso de Saint-Imier (15 delegados)
6 delegados de las secciones italianas
Michail Bakunin (1814-1876)
Carlo Cafiero (1846-1892)
Andrea Costa (1851-1910)
Errico Malatesta (1853-1932)
Giuseppe Fanelli (1827-1877)
Ludovico Nabruzzi (1846-1920)
4 delegados de las secciones españolas
Charles (Carlos) Alerini (1842-1877)
Rafael Farga-Pellicer (1844 ??-1890)
Nicolas Alonso Marselau
Tomàs Gonzáles Morago (??-1885)
2 delegados de las secciones francesas
Camille Camet (1850-??)
Jean-Louis Pindy (1840-1917)
2 ddelegados de las seccione Jurassienne
James Guillaume (1844-1916)
Adhémar Schwitzguébel (1844-1895)
1 delegado de dos secciones americana
Gustave Lefrançais (1826-1901)
Traducida por Jorge Joya
Original: dolceanarchia.wordpress.com/2021/10/06/st-imier-il-congresso-dellinter