¿Qué es ser libertario?

Sobre el significado del término libertario en "Comunismo Libertario". 

"La dimensión libertaria constituye la articulación entre el antiautoritarismo, es decir, el rechazo radical de todas las formas de autoridad -principalmente contra las formas instituidas (el gobierno, las jerarquías formales en el ámbito del trabajo, las organizaciones políticas y las de la esfera privada, como el patriarcado), pero también las más informales- y las aspiraciones a una cierta forma de igualdad no homogeneizadora, que deja espacio a la diversidad. Los libertarios luchan por la emancipación individual y colectiva, a nivel sociocultural, político, socioeconómico, educativo y, en menor medida, tecnocientífico.

En el plano sociocultural, luchan contra todas las formas de discriminación, en particular la de sexo, género, etnia, cultura y orientación sexual. También luchan contra los aparatos de poder que producen, mantienen y desarrollan estas discriminaciones, en particular el Estado y las religiones (especialmente cuando éstas pretenden gobernar la vida civil). También luchan contra los imperialismos culturales (hegemonismo y colonialismo) como la occidentalización, que a menudo son inseparables del imperialismo económico.

Políticamente, los libertarios luchan contra la dominación del Estado, y en particular contra la entrega del poder de decisión al gobierno, pero también contra sus aparatos represivos, sus aparatos ideológicos, que contribuyen a la reproducción social del orden establecido, respectivamente a través de la coerción y la producción de consentimiento. La lucha contra los aparatos represivos del Estado implica una crítica radical a la policía, como cuerpo estatal y en su función esencial de garante del orden establecido, de la dominación social y política. Se trata tanto de luchar contra lo que Max Weber llamaba "el monopolio de la violencia legítima", y por tanto contra la posesión de armas por parte de una organización institucional al servicio de las clases dominantes, como contra las lógicas y los dispositivos de control social al servicio de esta dominación, y en particular las tecnologías de seguimiento y vigilancia (videovigilancia, geolocalización, seguimiento electrónico). Se trata también de luchar contra la "policía ideológica", es decir, las formas de llamada al orden manifestadas por quienes han incorporado la ideología de la dominación capitalista, sexista y racista, y se han convertido en sus agentes.

Los libertarios luchan por la independencia del Estado, incluso cuando éste pretende gobernar en nombre de los oprimidos. Para los libertarios, no hay ningún atajo hacia la emancipación. La emancipación "sólo puede ser obra de los propios trabajadores", y ningún gobierno u organización política puede pretender representar los intereses de los oprimidos y gobernar en su nombre. Los Libertarios también luchan por la diversidad política contra la lógica del partido único, así como por el desarrollo de la democracia directa contra la representatividad. Por último, luchan por un mayor control de los mandatos. Controlar a un representante es la mejor manera de privarle del poder de decisión que, de tenerlo, le corresponde a quienes le han elegido. Además, se trata de mandar a personas con mandatos claros, precisos y limitados.

En el plano socioeconómico, los libertarios luchan por la autoorganización de la producción, contra el poder de la patronal y el caos de los mercados, que son las principales condiciones estructurales en el origen de la inseguridad, la fragilidad y la precariedad de los trabajadores.

Por último, luchan por la reducción del tiempo de trabajo, primera condición de la libertad. En efecto, el tiempo libre, es decir, el tiempo no constreñido, no sometido a la necesidad de asegurar la subsistencia y la reproducción de la sociedad, permite organizar colectivamente la producción y la vida en sociedad, decidir sobre el desarrollo material y social de la unidad de producción y del espacio público, pero también dedicar tiempo a la autoemancipación, a la autoformación, o incluso al placer, a la autorrealización, en las relaciones sociales, en las amistades, en el amor, en las artes, en el deporte.

Los Libertarios también luchan por otro tipo de educación. Una educación que no sea un medio de reproducir el poder, el orden establecido, de transmitir los valores de la jerarquía, la sumisión, la ley de la selva, el enriquecimiento material individual, el prestigio social. Luchan por una educación que permita el desarrollo de la singularidad, la creatividad, el juicio crítico y la autonomía, pero también de la cooperatividad, es decir, que demuestre el valor de la puesta en común de las capacidades de cada persona por encima de la acción individual en la construcción de un mundo más habitable.

Libertad, tecnociencia y decrecimiento 

Los libertarios también tienen problemas con la tecnociencia. Aunque esta reflexión no es unánime dentro de los círculos libertarios, podemos sin embargo identificar algunos ejes que nos permiten determinar una crítica libertaria de las tecnociencias. Históricamente, la mayoría de los libertarios estaban a favor de la industrialización y la producción ilimitada. Al igual que los comunistas, no disponían de evaluaciones ecológicas suficientemente avanzadas para desarrollar una crítica del modo de producción. Hoy en día, disponemos de estas evaluaciones y conocemos los límites de los modos de producción industriales. Así, es posible desarrollar una crítica libertaria de los modos de producción industriales que no se inscriba en un romanticismo de la autenticidad, del "antes era mejor". Sabemos que la ciencia y la tecnología pueden ser emancipadoras, al igual que pueden ser esclavizadoras. Hoy en día, la ciencia y la tecnología están subordinadas en sus avances a la lógica capitalista. Ser libertario significa aquí luchar por la independencia de la ciencia y la tecnología de los imperativos de la acumulación capitalista. También significa preservar la ciencia de las creencias e ideologías cientificistas, que si bien pueden ser fructíferas para explorar nuevos caminos y dar lugar a nuevos descubrimientos, no deben adoptar el carácter de dogmas. En otras palabras, debemos aceptar que la ciencia no puede satisfacer todas las expectativas de las ideologías científicas. Ser libertario es también, siguiendo el ejemplo de Paul Feyerhabend (Crítica del método), no fetichizar los métodos y concederse una libertad de experimentación en la que sólo cuenta el resultado ("¡Todo lo que se proponga!") a condición, sin embargo, de respetar ciertos límites en materia de ética. Por otra parte, se trata también de aplicar esta lógica al mundo del trabajo, a la forma de trabajar, dejando que los trabajadores adopten los métodos y ritmos que más les convengan. Por último, el libertarismo también consiste en preservar las condiciones materiales y sociales de la libertad. En este sentido, significa ser hoy tanto ecologista como, sobre todo, decrecentista. Ante el agotamiento de los recursos naturales, la degradación del clima y la biodiversidad, es necesario plantearse una reconversión urgente de los métodos de producción. La lucha contra la obsolescencia programada, por ejemplo, forma parte de las luchas primordiales del decrecimiento, pero también de las luchas libertarias en sí mismas. En efecto, el fin de la obsolescencia programada, acompañado de una reducción de la producción material, permitiría prolongar la vida de los objetos producidos para ahorrar recursos. Además, supondría una reducción del nivel de producción, lo que permitiría una reducción radical de las horas de trabajo. Esto liberaría tiempo para la autogestión, el control colectivo de la producción, la formación para la polivalencia y el autoempoderamiento. Así, gracias a la autogestión, a la cooperación social y al tiempo disponible para la polivalencia, se acabaría también el sentimiento de pérdida de libertad, de impotencia y de dependencia de los profesionales, de los técnicos y de los aparatos defectuosos. La lucha libertaria se inscribe también en una lógica de preservación a través de la libertad de acceso a los recursos, la conservación de la biodiversidad y los conocimientos ancestrales frente a la tecnociencia. Se une así a las luchas de los campesinos sin tierra, los agricultores ecológicos y los segadores voluntarios contra la estandarización de los alimentos en el marco de la agricultura comercial tecnoindustrial. Finalmente, ser libertario es también luchar por la libertad de vivir en un mundo menos peligroso, emancipado de la amenaza de contaminación, o incluso de aniquilación generalizada, representada, por ejemplo, por el complejo industrial-militar nuclear.

Diferenciar entre liberalismo, libertarismo y crítica libertaria. 

Economía

La crítica libertaria se diferencia claramente del liberalismo económico en varios niveles: reconocimiento del tiempo libre como factor de emancipación para los libertarios, emancipación y autorrealización a través del trabajo para los liberales; libertad de los trabajadores para organizar la producción colectivamente, de forma autogestionada, en función de las necesidades de la población y no de los imperativos del mercado, y en contra de la dictadura de los mercados para los libertarios; libertad de los actores económicos frente a las limitaciones impuestas por el Estado, pero también por la colectividad el código del trabajo, las cotizaciones sociales de los empresarios son limitaciones garantizadas por el Estado, pero fueron impuestas al Estado por las luchas de los trabajadores), para los liberales.

Estado

También se diferencia del liberalismo en su relación con el Estado. Para los liberales, el Estado, a través de las reglas que impone, representa o bien un obstáculo a la libertad de los actores económicos, a la competencia pura y perfecta, o bien, de manera puntual, una red de seguridad para las burguesías nacionales frente a actores económicos extranacionales más poderosos que ellos. En el mejor de los casos, el Estado sólo interviene para salvar el liberalismo económico a nivel nacional, en el peor de los casos, se trata de destruir toda protección social, juzgada como perjudicial para el enriquecimiento de los grandes actores económicos a nivel nacional, y de reducir el Estado a sus funciones regias y represivas. Para los libertarios, el Estado es un aparato de dominación social y política, bien al servicio de una clase social, bien instrumentalizado por una pequeña élite autoproclamada que dice gobernar para la emancipación (del pueblo, del proletariado, etc.), y que confisca para sí la palabra y el poder de decisión.

A diferencia de los liberales libertarios, que desean reducir el Estado a sus funciones regias, los libertarios exigen el desmantelamiento del aparato estatal represivo, pero también la "obsolescencia programada de todo aparato represivo" mediante la mejora de las condiciones materiales sociales. De hecho, las condiciones materiales y sociales desfavorables suelen ser una fuente de delincuencia y criminalidad. Frente a esto, los Libertarios optan por una acción de "retroalimentación", un retorno al origen del proceso, más que por un tratamiento de los efectos emergentes. El objetivo es suprimir las condiciones que hacen necesario el aparato represivo, pero mientras tanto luchar contra su brutalidad, por ejemplo mejorando las condiciones de detención y experimentando formas alternativas de reinserción. 

Aunque los libertarios piden la destrucción del aparato estatal represivo, no piden, como los liberales libertarios, la destrucción de los sistemas de bienestar social. Por el contrario, exigen que se les saque "de las manos" del Estado, del gobierno, y que se les devuelva la autogestión, de forma colectiva y democrática.

Los liberales no critican el aparato ideológico del Estado, porque es la herramienta de socialización para la sumisión a sus reglas, de reproducción de su dominación ideológica, material y social. Los libertarios, por el contrario, se oponen a estos aparatos por las mismas razones que los liberales defienden: para la emancipación de la población de la dominación ideológica de la clase capitalista (o de la burocracia en los "intentos de implantar el socialismo").

Si los libertarios y los liberales se oponen a la dictadura del partido único y reivindican la posibilidad de la existencia y la organización de diferentes corrientes, sensibilidades, en el plano político, las formas que prevén a través de esta crítica son muy divergentes. El pluralismo liberal se desarrolla en el marco del parlamentarismo burgués, de una asamblea de élites políticas profesionales elegidas para legislar. Los libertarios denuncian esta versión del pluralismo como una forma de dominación del Estado que se aleja del pueblo, distorsionando sus demandas y confiscando su poder de decisión. Reclaman otra forma de pluralismo, que se manifiesta en la posibilidad de participación de todas las tendencias políticas en la democracia directa. 

Sociocultura

El liberalismo cultural y existencial son los aspectos de la filosofía liberal que más parecen acercarse a las concepciones libertarias. Sin embargo, es posible detectar diferencias significativas entre lo que desarrollan los liberales y lo que buscan los libertarios. Para los liberales, la libertad cultural y existencial consiste en que cada persona puede hacer lo que quiera, vivir según su propia moral y cultura, sin tener que rendir cuentas a nadie, siempre que esta libertad se reduzca a una dimensión estrictamente personal y no irrumpa en la escena política para subvertir el orden establecido. Por el contrario, la libertad cultural y existencial, tal y como existe entre los libertarios, se inscribe desde el principio en un marco colectivo y social. Se manifiesta en la interacción, e implica un enfoque comunicativo, una práctica de autorreflexión, de cuestionamiento de uno mismo en relación con el otro. En la continuidad de esta dimensión interaccional, este tipo de libertad cultural y existencial se reconoce inmediatamente como política. Por lo tanto, implica, cuando una persona o un grupo social se encuentra oprimido o reprimido, a causa de su diferencia en términos de estilos de vida, prácticas sociales, o simplemente de pensamiento, una lógica de subversión del orden establecido en el marco de una lucha por el reconocimiento recíproco y la aceptación social de las diferencias."

Floran Palin - 9 de mayo de 2014

FUENTE: Decroissance Communiste Libertaire

Traducido por Joya

Original: www.socialisme-libertaire.fr/2021/07/qu-est-ce-qu-etre-libertaire.html