Pedagogía libertaria

El 13 de octubre de 2009 se cumplirán cien años del fusilamiento de Francisco Ferrer, tras la Semana Trágica, silenciaron a este pedagogo libertario, iniciador de la Escuela Moderna.

La cuestión de la educación siempre ha estado en el centro del pensamiento y la acción anarquista. Está vinculado a la cuestión de la libertad individual y colectiva, al rechazo a ser controlado, al desarrollo de las capacidades de cada persona, a la coeducación y a la cooperación. Las ideas libertarias sobre la educación han evolucionado según los lugares y las épocas, pero se pueden encontrar algunas constantes. Hablamos de educación integral, de métodos más que de resultados, de aprendizaje mutuo. La educación se considera un medio seguro y pacifista para transformar la sociedad. La educación libertaria es no autoritaria, no competitiva y autogestionada. Su objetivo es el desarrollo de las capacidades de cada individuo, respetando los diversos intereses. Prepara a los individuos para ocupar su lugar en la sociedad, para ser responsables. Está vinculada a la vida real, social y externa.

Educación integral

Esto significa ofrecer a los individuos, sea cual sea su origen, clase social o sexo, el pleno desarrollo de sus capacidades físicas, intelectuales y morales. Existe una correspondencia entre la sociedad objetivo y la educación, entre la igualdad social y la educación integral.

Autogestión y antiautoritarismo

La autogestión es el modo de funcionamiento de estas comunidades educativas. Permite combinar la libertad con la responsabilidad, no sólo para el aprendizaje, sino también para el conjunto de la vida social. La autogestión promueve la autonomía de los individuos. El aprendizaje y el funcionamiento en autogestión es la base de cualquier organización libertaria. La autogestión forma parte de un proyecto social global. No basta con tener prácticas no directivas en la educación. La pedagogía libertaria no se limita a unas pocas herramientas que pueden utilizarse sólo en parte. Es un enfoque global del aprendizaje, la toma de decisiones colectiva y la organización social.

Neutralidad y adoctrinamiento

La educación tradicional no es neutral (por no hablar de las escuelas privadas y religiosas). Pretende mantener un sistema basado en la desigualdad y la exclusión, la competencia y la obligación. La educación libertaria no pretende hacer pequeños anarquistas, sino vivir de acuerdo con reglas construidas colectivamente.

Individualismo y socialismo

¿Debe la educación aspirar a la libertad como fin o utilizar la libertad como medio? Esta dicotomía es artificial. Porque si la libertad es el objetivo, también se construye en los actos y medios utilizados. La pedagogía libertaria es un proceso educativo y un acto ideológico. Es un proceso de construcción colectiva de la libertad.

Naturaleza y pedagogía libertaria

La Escuela Moderna de Ferrer está marcada por la influencia de Elisée Reclus. La mayoría de las experiencias educativas mantuvieron un vínculo privilegiado con la naturaleza (naturismo, vegetarianismo). La pedagogía libertaria también es ecologista.

Con o sin escuela

Las cuestiones que plantea la educación libertaria son también relevantes para la sociedad en su conjunto. En este sentido, podemos preguntarnos si el lugar privilegiado de la educación debe ser la escuela. El individuo se construye con sus pares y su educación se hace tanto por la sociedad, las reglas comunes, la familia, los parientes. Si hay que cuestionar la escuela, esto no significa que el abandono de los estudios sea sinónimo de mayor libertad o mejor desarrollo.

En 1993, en la isla de Oléron, comenzó el experimento de la escuela libertaria de Buenaventura. El primer nombre que me vino a la mente fue "escuela libertaria". Efectivamente, Buenaventura es un lugar, pero es sobre todo un proyecto. Y en el transcurso de estos pocos años de existencia, hemos pasado de ser una escuela libertaria a una república educativa. Una república educativa es una organización colectiva, una vida social organizada por reglas y consejos, es la autogestión aplicada a la educación. En 2001, la aventura se detuvo, pero se está reanudando con proyectos para una Universidad Popular, una Red de Intercambio de Conocimientos, etc.

Una escuela también puede ser un lugar de vida.

Una historia de la pedagogía libertaria

La historia de las ideas educativas libertarias está ligada a la historia de las ideas socialistas. Tiene sus raíces en los diversos pensadores del siglo XVIII y posteriores.

Podemos mencionar a Jean-Jacques Rousseau, en el Emilio, que fue criticado por Bakunin por su concepción naturalista e individualista de la libertad. Durante la Revolución Francesa, otros pensadores abordaron la cuestión educativa: Babeuf, en contra de la dicotomía manual/intelectual, a favor de una educación activa; Buonarroti, que consideraba la educación como el instrumento revolucionario más eficaz; Godwin, a favor de una educación integral basada en los intereses del niño; Owen, que realizó un experimento de vida cooperativa. También hay que mencionar a los socialistas utópicos: Saint-Simon, Jacotot, Cabet, Fourier, Considérant, Striner, que alimentaron la crítica a la pedagogía tradicional. Y luego están los anarquistas: Proudhon, Bakunin, Tolstoi, Paul Robin. Este último también llevó a cabo un experimento de educación integral en Cempuis, en un orfanato del que era responsable. Paul Robin militó por una buena natalidad (métodos anticonceptivos, derechos de la mujer, neomaltusianismo), una buena educación (educación integral física, manual e intelectual) en una buena sociedad (humanismo libertario).

La cuestión educativa está, pues, en el centro del pensamiento y la práctica anarquistas. Se encuentra en Louise Michel, Élisée Reclus, Kropotkine, Anselmo Lorenzo, Domela Nieuwenhuis, Jean Grave. Estas reflexiones se basan en las ideas libertarias pero también y sobre todo en las prácticas y experiencias de la pedagogía libertaria.

La escuela moderna y Francisco Ferrer

Francisco Ferrer se manifestó en contra del control de la religión sobre la escuela. Su camino le llevó de un republicanismo anticlerical a un socialismo librepensador. Entró en contacto con anarquistas en Francia que se interesaban por la educación, especialmente Paul Robin. A raíz de una herencia, en 1901, pudo embarcarse en la aventura de abrir la Escuela Moderna, asociada a otras actividades: conferencias, boletines, publicaciones, etc. Se crearon entonces muchas Escuelas Modernas. Francisco Ferrer viajó y tomó contacto con todas las experiencias de las escuelas racionalistas. En 1909 estalló en Barcelona una insurrección que se convertiría en la Semana Trágica. Fue un movimiento de rechazo a la circunscripción de las guerras coloniales. Los símbolos de la Iglesia fueron atacados. Ferrer fue detenido y condenado como instigador de estos actos de revuelta, aunque no tuvo nada que ver con ellos. El famoso pedagogo Decroly inició una campaña de solidaridad internacional para Francisco Ferrer. A pesar de ello, Ferrer fue declarado culpable y fusilado en la fortaleza de Montjuich.

Los logros de la escuela moderna se conocen a través de la obra de Ferrer, pero también a través de diversos artículos de pedagogía libertaria (Reclus, Faure, Kropotkin). Encontraron un eco favorable en una sociedad española en crisis: crisis del sistema político; crisis económica, que precipitó la huelga general de 1902; crisis de conciencia (anticlericalismo y progresismo del espíritu científico); influencia opresiva del ejército y de la iglesia ultrarreaccionaria. A nivel internacional, ya hemos mencionado las fuentes de influencia de Ferrer. También hay que mencionar a Pestalozzi, que realizó experimentos educativos alternativos, sobre todo en Iverdon (1805-1825), y a Frögel, que le siguió en la creación de un jardín de infancia en 1839. El énfasis en el juego, el deporte y el respeto por la naturaleza son rasgos distintivos.

Para Francisco Ferrer, la educación y la revolución están estrechamente relacionadas. Sin educación, la revolución no puede triunfar. Sin revolución, el proyecto de emancipación que lleva la educación no puede realizarse plenamente. La educación es un verdadero problema para la sociedad, y la burguesía lo sabe. Para Ferrer, la educación debe basarse en la ciencia y no en el patriotismo o el dogma religioso. La coeducación es esencial: la diversidad social y sexual. La educación no puede ser estatal. Deja un papel importante a todas las actividades que favorecen el pleno desarrollo del ser humano. Se suprimen las sanciones y las recompensas. La educación es profundamente laica y humanista. Se prohíbe toda violencia y desigualdad de trato.

La escuela moderna ganó prestigio y atrajo el interés de muchos pedagogos. La escuela disponía de todo el material didáctico, ya que las actividades escolares se basaban en experimentos y clases al aire libre. También había muchos libros en la biblioteca de la escuela. La educación era individualizada. Se hizo hincapié en la higiene y la educación sanitaria. Se promovió el altruismo, la solidaridad y la tolerancia. Se estableció correspondencia con otras escuelas.

La escuela para niños no era todo. También había un centro cultural para adultos con una biblioteca, clases nocturnas, debates y periódicos. La educación era mutua.

¿Qué influencia tuvo la escuela moderna?

Es evidente que algunos de los temas defendidos por Ferrer, y otros, se han convertido en algo habitual. Sin embargo, fueron batallas reales y no estamos seguros de que no tengamos que volver a librarlas, especialmente por el laicismo y la coeducación.

Todas las ideas de Francisco Ferrer están en la raíz de la educación libertaria y la pedagogía racionalista. Dejaron su huella en los experimentos de educación alternativa que siguieron. A partir de 1910, con la fundación de la CNT en España, se llevaron a cabo numerosas experiencias educativas. En 1904, Sébastien Faure llevó a cabo un experimento de educación libertaria, La Ruche. Influido por la educación integral de Paul Robin y la educación permanente de Proudhon, Sébastien Faure pondrá en práctica los elementos de la pedagogía libertaria: método científico, coeducación, autonomía, cultura general y técnica. En 1921, A. S. Neil creó la escuela de Summerhill. No hablamos de pedagogía libertaria sino de experiencia educativa antiautoritaria. La educación se basa en la libertad. Se aplican métodos no directivos y se basan en las tesis de Wilhelm Reich: la bondad natural, la felicidad como objetivo, el amor y el respeto como base común, la importancia del cuerpo y la sexualidad. En 1936, la revolución española permitió la aplicación a gran escala de los principios libertarios de educación y organización. Se crearon escuelas racionalistas; bibliotecas, centros culturales, ateinerías, etc. La CNT intentó influir en las decisiones políticas en el ámbito de la educación dando paso a la autonomía y la autogestión.

Incluso hoy en día, existen experiencias alternativas que pretenden basarse en Francisco Ferrer. Es el caso de la escuela libre Paideia, en España. Paideia es una escuela alternativa en la que los alumnos organizan su tiempo y convivencia en colaboración con los educadores, una escuela gestionada por la asamblea y basada en la idea de la libertad responsable (ética) y el desarrollo apoyado por la comunidad (no dirigido). Situado en Mérida (en la región de Badajoz), los alumnos conviven en la escuela durante todo el día (también comen allí) con niños de 18 meses a 16 años, educadores, colaboradores y observadores. La escuela tiene una lista de principios que se consideran fundamentales y que todos deben aceptar: el rechazo del principio de autoridad, la lucha contra la violencia, la competitividad y el consumismo, la búsqueda del fomento de la cooperación y el desarrollo de una crítica del universo social en el que vivimos con una perspectiva anarquista. La asamblea es la piedra angular de la educación libertaria, que hace aflorar la espontaneidad, la libertad y la libre comunicación entre las personas. La experiencia de Paideia comenzó el 9 de enero de 1978 y, a lo largo de sus treinta años de actividad, ha sufrido muchos cambios; desde el cambio de título de su boletín (originalmente L'Asamblea y, en 2006, Rachas) hasta los cambios fundamentales que han afectado a la organización interna y externamente. El colectivo es la base de las decisiones y del funcionamiento, organizado en forma de asamblea y por comités de personas de diferentes edades. Los niños eligen libremente en qué quieren trabajar y, si no lo terminan, delegan la libertad en otros. "Seguimos la línea de Ferrer. Al principio, también participamos en la línea de Mella, pero vimos que si no adjuntábamos nuestra ideología a la experiencia, la sociedad introduciría la suya; (...). Intentamos educar a los chicos y chicas de tal manera que puedan vivir con los valores de la anarquía, que puedan elegir con autodeterminación qué tipo de vida quieren y que puedan crear nuevas formas de cambiar esta sociedad.

FUENTE: Archivos de Le Monde Libertaire - 8 de octubre de 2009

Traducido por Jorge Joya

Original: www.socialisme-libertaire.fr/2016/05/pedagogie-libertaire.html