Notas sobre la vida de Eduardo Vivancos (1920-2020)

Casi un siglo en el movimiento libertario y esperantista Reddebrek 2021

El 30 de diciembre de 2020 falleció Eduardo Vivancos a la edad de 100 años. Deja atrás una familia y casi un siglo de dedicación a diversas causas, desde el atletismo, el anarcosindicalismo y las lenguas minoritarias, especialmente el catalán y el esperanto. Creo que merece la pena recordar su vida y, aunque en el mundo español su muerte fue seguida de numerosos homenajes y retrospectivas, incluido un artículo en Corredor, una popular revista dedicada al atletismo, y muchos amigos le lloraron en textos en esperanto, es prácticamente desconocido en inglés. Una breve entrada en el blog que escribí con motivo de su fallecimiento es la primera que aparece cuando se busca su nombre en inglés, aunque también hay un artículo en Fifth Estate #400 escrito en 2018 por su compañero esperantistas Xavi Alcalde que sirve de breve introducción. Personalmente, los escritos de Vivancos fueron de los primeros que leí en esperanto que pude entender en su mayor parte y que no estaban escritos como herramienta de enseñanza, aunque Vivancos también hizo sus pinitos en eso. Supongo que puedo atribuir a Vivancos el mérito de haberme empujado a dejar de ver el aprendizaje de la lengua como un pasatiempo para convertirlo en algo que debía tomarse en serio.

Hijo de Domingo Vivancos, Eduardo Vivancos nació en el seno de una familia obrera de Barcelona el 19 de septiembre de 1920. Poco antes de cumplir los catorce años, en 1934, Vivancos dejó la escuela primaria y se hizo aprendiz. En septiembre de ese año, Vivancos se matriculó en una Escuela del Trabajo que impartía clases por las tardes. Durante su estancia en la escuela se relacionó con un grupo de jóvenes obreros miembros de la Federación Ibérica de Juventudes Libertarias (FIJL) a la que se uniría y poco después se convertiría también en miembro de la Federación Estudiantil de Conciencias Libres.

Un año después, en 1935, Vivancos se afilia a la Confederación Nacional del Trabajo (CNT), a la que seguirá perteneciendo el resto de su vida. En 1936, Vivancos esperaba la Olimpiada Popular que se preparaba en Barcelona como alternativa a las Olimpiadas oficiales que se celebraban en Berlín. El primer escrito que leí de Vivancos fueron sus recuerdos de aquellos días en los que acudía a los campos de entrenamiento y practicaba y se mezclaba con cientos de extranjeros de decenas de naciones. El entusiasmo le impresionó mucho, desgraciadamente los preparativos de los juegos también marcaron el inicio de la sangrienta guerra civil y la aparición de Franco como líder político. Los juegos no sólo fueron suspendidos por la revuelta del ejército español, sino que los propios juegos fueron objeto de sabotaje e intimidación fascista durante los preparativos.

Durante la revolución y la guerra civil española, Vi- vancos se centró inicialmente en sus estudios, matriculándose en el Ateneo Enciclopédico Popular, donde, entre otras asignaturas, se le enseñó el esperanto, y al igual que el movimiento libertario, seguiría siendo un activo esperantista durante el resto de su vida, combinando a menudo ambas cosas en la práctica. En 1937 la República Española creó una serie de Institutos Obreros, Vivancos aprobó las pruebas de acceso en diciembre de 1937 y se matriculó, sin embargo la situación de guerra continuaba degradándose para la República y poco después, en 1938, Vivancos junto con algunos compañeros de clase del Instituto se alistó como voluntario en un batallón de la 26ª división de la Columna Durruti y sirvió en el frente del Montsec y participó en la batalla de Lleida entre otras operaciones.

Mientras estuvo en la 26ª división Vivancos formó parte de un pequeño círculo de enseñanza y correspondencia de esperantistas que incluía al comandante del batallón Ginés Martínez. En aquella época la mayoría de los movimientos de izquierda y libertarios españoles habían adoptado el esperanto y contaban con periódicos esperantistas, desde el Partido Comunista de España, hasta el POUM, la CNT, los anarquistas y la Generalidad de Cataluña, y utilizaban activamente la lengua para transmitir noticias al exterior y contactar con extranjeros simpatizantes. En respuesta a esto, el movimiento esperantista en las zonas fascistas sería objeto de una sangrienta represión. Un ejemplo de ello es el destino del club de esperanto de Córdoba, cuyos miembros fueron ejecutados en su totalidad por un pelotón de fusilamiento del partido de la Falange.

Desgraciadamente, como todos sabemos la guerra continuó mal y la revolución del 36 siguió retrocediendo, en febrero de 1939 Vivancos junto con otros miles de antifascistas comprometidos tuvo que escapar de España a Francia, lo hizo a pie cruzando los Pirineos en invierno. Durante su estancia en Francia, Vivancos y su familia fueron enviados a campos de concentración establecidos por el gobierno francés para los refugiados españoles, y fue trasladado de un campo a otro durante varios años; en un momento dado, en 1940, se alojó en el mismo barracón que el famoso escritor y poeta catalán Jaume Grau Casas, autor de la Antología Catalana, entre otras muchas obras. Ambos se comunicarían casi exclusivamente en esperanto, de hecho su encarcelamiento y traslados parecen haber ayudado a Vivancos en sus estudios y enseñanza del esperanto.

La familia Vivancos no se reunió hasta después de la Segunda Guerra Mundial, en 1947. Para entonces, Vivancos había conocido y se había enamorado de la también exiliada española Ramona Comella, con la que se casó en París el 5 de diciembre de 1945, y con la que tuvo dos hijos, Floreal (1947) y Talía (1948). Durante su estancia en París, Vivancos se unió a la Asociación Sindical Mundial (SAT), una organización de esperantistas de izquierdas de diversas tendencias de todo el mundo. Como parte de este proceso, la FIJL había decidido construir una organización internacional para la juventud anarquista, como parte de este proyecto Vivancos fue nombrado delegado de la sección española, desafortunadamente este plan no avanzó mucho debido a la debilidad global del movimiento anarquista. Más importante fue la fundación de dos periódicos en esperanto, Bandera Negra (Nigra Flago) y Antiestatista (Senŝtatano), convirtiéndose en el editor de Antiestatista. Esta actividad daría algunos frutos, el servicio de correspondencia de Antiestatista pudo aprovechar una relajación de la hostilidad del gobierno español hacia el esperanto en la posguerra y enviar cartas a España para reconectar a la comunidad de exiliados con sus familiares y compañeros que aún estaban en el país. Y el contacto con esperantistas libertarios extranjeros, entre los que se encontraban el anarquista chino Lu Chen Bo y el anarquista japonés Taiji Yamaga, llevó a una mayor cooperación. En 1963 Vivancos colaboraría con Taiji Yamaga en la traducción al español del Dao de Qing de Laozi, titulado "Libro del Camino y de la Virtud".

En 1954 Vivancos emigró a Canadá y residiría en Toronto hasta su muerte. Pero mientras estuvo en Canadá mantuvo su compromiso con sus causas y su oposición al franquismo. Se convirtió en miembro de ADEC ("Asociación Democrática Española Canadiense"), un grupo de emigrantes y exiliados españoles antifranquistas, asistiendo a protestas y organizando reuniones. Vivancos regresaría finalmente a España en 1976, tras 37 años de exilio, cuando el régimen franquista dio paso a la transición democrática, y volvería a España y a Cataluña en numerosas ocasiones. En 1986 pronunció una conferencia en el 59º Congreso de la SAT en San Cuget con motivo del 50º aniversario de la guerra civil española, basándose en sus recuerdos del ambiente y las condiciones de Barcelona y España en 1936.

Al final de su vida Vivancos recibió muchos honores del SAT y de la comunidad esperantista en general, y con casi cien años de actividad dedicada, incluso en el frente, no es difícil ver por qué. Pero también me inspiran sus escritos y la forma en que supo utilizar el esperanto para apoyar los objetivos de la solidaridad internacional y la resistencia libertaria. He dicho al principio que Vivancos es poco conocido en la anglosfera, espero corregirlo. Además de escribir esta breve memoria, también estoy traduciendo sus textos en esperanto al inglés y espero que otros se inspiren.