En 1951, el Sindicato de Trabajadores del Transporte y de Servicios Generales (TGWU), ahora Unite, firmó un aumento salarial semanal de dos chelines. En Birkenhead, el Comité de Trabajadores Portuarios (PWC), no oficial, consideró que el aumento era insuficiente y convocó una reunión masiva, en la que se votó a favor de la huelga. El 2 de febrero, cuando 2.000 trabajadores se declararon en huelga, su sindicato, el TWGU, los denunció. Sin embargo, en pocos días la huelga se extendió a Liverpool y Manchester, y en menos de una semana se habían sumado 12.000 (incluidos 450 simpatizantes en Londres). El día 6, un representante de la Manchester Canal Company declaró que todo el trabajo estaba paralizado, a pesar de que 23 barcos estaban en el puerto. Esto demuestra la eficacia de la huelga salvaje; sin embargo, no logró extenderse a nivel nacional.
El 9 de febrero, la Special Branch interrumpió una reunión de la PWC en el este de Londres y detuvo a siete hombres (4 de Londres, 2 de Birkenhead y 1 de Liverpool) declarando que "según la Orden 1305, las huelgas y los cierres patronales son ilegales". Esta ley había sido introducida durante la Segunda Guerra Mundial bajo la promesa de que sería eliminada después, algo que el Partido Laborista nunca hizo. Esa noche, más de 6.000 estibadores de Londres, junto con 11.000 de Merseyside, se retiraron en señal de protesta. Más tarde, los trabajadores decidieron volver al trabajo, pero haciendo huelgas de solidaridad de 24 horas cada vez que los siete comparecieran ante el tribunal.
En Old Bailey, el diputado laborista Hartley Shawcross, de St Helens, dirigió la acusación. El TGWU presentó pruebas contra los huelguistas, siendo el secretario del distrito de Liverpool uno de los principales testigos. También aportaron pruebas los agentes de policía; un detective de paisano declaró que no se había perdido una reunión de trabajadores portuarios desde 1945. Sin embargo, los estibadores no estaban dispuestos a quedarse de brazos cruzados mientras sus compañeros eran víctimas. Se llevaron a cabo siete huelgas de solidaridad bajo el lema: "Cuando ellos están en el muelle, nosotros estamos fuera del muelle". Miles de personas, como el anarcosindicalista Albert Grace, se manifestaron ruidosamente fuera del tribunal durante los procedimientos. El PWC de Londres también recaudó dinero para su defensa legal, que argumentó que no había un "conflicto comercial", ya que los estibadores estaban en una disputa con su sindicato y no con la dirección.
El 17 de abril, mientras 8.000 estibadores esperaban fuera para escuchar el veredicto, el jurado anunció que no podía llegar a un acuerdo sobre si había una "disputa comercial", por lo que el Partido Laborista, ante la amenaza de nuevas huelgas, retiró sus cargos y dejó a los siete en libertad. La multitud los llevó triunfalmente a hombros, para luego ser cargados por la policía montada. Los tres de Merseyside recibieron una acogida igualmente calurosa por parte de los estibadores en la estación de Lime Street. Al final, el gobierno laborista y el TGWU quedaron como crueles, estúpidos y sin principios, y el 14 de agosto se retiró la Orden 1305.
Un estibador, John Magginnis, relató cómo la TGWU trataba a sus miembros en Liverpool en aquella época: "Todas las huelgas, grandes o pequeñas, y hubo algunas muy grandes al final de la guerra y después, eran extraoficiales. Estaban dirigidas por comités de trabajadores portuarios, miembros elegidos a las puertas de los muelles. Los funcionarios de los sindicatos, desde los más altos hasta los más bajos, eran odiados. Trabajábamos en condiciones sucias, insalubres y peligrosas. Pero si los hombres tenían una queja y mandaban llamar al delegado (funcionario sindical), éste recorría las naves, entraba directamente en la oficina, salía, pasaba por delante de los hombres sin decir una palabra y más tarde te enterabas por el representante del empresario de que nada había cambiado. La frase favorita de los delegados era: "Tengo las manos atadas, ¿qué puedo hacer?"'
El TGWU no tenía delegados sindicales, sus funcionarios remunerados eran designados, no elegidos, y buscaba una asociación con la dirección; en palabras de otro estibador de Liverpool, se habían "convertido en nuestros amos en lugar de nuestros sirvientes".
Por el contrario, los comités de empresa locales eran elegidos en reuniones masivas y estaban sujetos a una revocación inmediata. Su función consistía en informar periódicamente a las asambleas de masas y organizarlas, para que éstas decidieran el siguiente curso de acción. Algunos fueron más allá, el PWC de Birkenhead tenía su propio periódico, The Portworkers' Clarion, con una tirada de 1.500 ejemplares e incluso afiliado a una internacional trotskista.
El PWC de Birkenhead, con la esperanza de escapar de los problemas encontrados en el TGWU, ayudó a organizar una deserción masiva a otro sindicato a mediados de la década de 1950. Sin embargo, este sindicato actuó de manera similar, con funcionarios pagados, independientemente de su militancia en el pasado, más interesados en las legalidades y en una relación acogedora con la patronal que en la acción directa. Otros intentaron reformar el TGWU desde dentro, pero Unite sigue sufriendo muchos problemas similares. La organización de las bases continuó, pero se vio obstaculizada por los constantes conflictos con los funcionarios y la imposibilidad de acceder a los fondos de huelga. Si los PWC eran capaces de provocar deserciones masivas, podrían haber consolidado su propio sistema de reuniones masivas y delegados revocables en un sindicato. Si evitaron problemas estructurales como el desarrollo de una burocracia remunerada, entonces podrían haber mantenido un sindicato dirigido por sus miembros y basado en la acción directa (lo que llamaríamos sindicalismo).
Traducido por Jorge Joya
Original: liverpoolanarchist.wordpress.com/2021/08/05/the-1951-dockers-strike/