Anarquismo ecológico

Mi querido amigo #MurrayBookchin se revolvería en su tumba si me oyera decir esto, pero entre los incendios, inundaciones, sequías, olas de calor, tornados y otras catástrofes meteorológicas extremas y mortales "normales" de este verano, y el informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de la ONU, que llega "tarde a la fiesta del fin del mundo", necesitamos un renovado #AnarquismoVerde.

O, como dijo recientemente un sabio amigo anarquista más joven cuando caminábamos y hablábamos de política radical (incluyendo el paso de maquinaria pesada arrancando árboles para un proyecto de gentrificación "verde" en un lugar donde los campamentos de personas sin vivienda habían sido arrancados hace sólo unos meses), necesitamos reunir lo mejor de la anarquía anticiv o verde con lo mejor de la ecología social, sin la acritud y las caricaturas polémicas entre los "campos".

Cada perspectiva, cada una con su propia multiplicidad de tendencias, estrategias y prácticas, se preocupa en el fondo por lo mucho que los humanos nos hemos alejado del ecosistema del que somos una humilde parte. Eso, a su vez, nos ha alejado de nosotros mismos y de los demás. Y esta profunda y profunda alienación ha abierto las compuertas, por así decirlo, para que los humanos en su conjunto piensen que no sólo son superiores y/o están separados del mundo no humano (y ahora del espacio), sino que también pueden dominarlo, hasta el punto de que "nosotros" los humanos destruyamos la base misma de nuestra vida como especie: nuestro hogar, este planeta.

Tal vez ya estemos viendo esta mezcla generativa en los numerosos campamentos contra todo, desde oleoductos, fracturación hidráulica y tala de árboles antiguos hasta expansiones de aeropuertos y más. Son capaces, por ejemplo, de criticar la forma en que la "civilización", como en el caso del colonialismo, es antiecológica, y de ofrecer visiones de cómo los seres humanos podrían vivir en relativa armonía social y ecológica dentro de las comunidades autónomas y autogobernadas que evolucionan desde los campamentos iniciales en muchos casos.

No soy el único que se siente desesperado. Ningún New Deal verde ni ningún plan negociado por la ONU nos va a salvar. Un anarquismo social y ecológico de cuidado colectivo podría hacerlo, o al menos ofrecer vidas dignas de ser vividas en el tiempo que nos queda.

(foto: círculo verde A visto en las tierras repetidamente robadas y empañadas de la llamada Asheville, NC)

Traducido por Jorge Joya

Original: cbmilstein.wordpress.com/2021/08/10/greening-anarchism/