Anarquía de la A a la Z: "L" de Libertad

"Desde el punto de vista filosófico, el anarquismo se define claramente y sin ambigüedades en relación con todos los demás sistemas filosóficos: se opone al principio de autoridad y se opone al principio de libertad.

Los principios libertarios se basan en una experiencia muy larga: la de la historia de la humanidad. De hecho, la historia está ahí para demostrar que, en todas partes y siempre, en todos los tiempos y lugares, la autoridad y la libertad se han opuesto constantemente. Esta oposición permanente se encuentra en todas las ramas de la actividad humana, tanto en la política como en la religión, tanto en el arte como en la ciencia: contra la autoridad que pretende imponer el silencio y la inmovilidad, la libertad se levanta para impugnar y reivindicar la palabra y el movimiento. La historia demuestra que la autoridad ha sido siempre el ideal, el motor y el arma de los gobiernos, los dominadores y los amos; la libertad, el ideal, el motor y el arma de los gobernados, los oprimidos y los esclavos.

La autoridad y la libertad no son ficciones filosóficas, sino realidades vivas de la vida humana. Se oponen en términos irreconciliables, pero no pueden negarse o ignorarse: toda la vida de las sociedades descansa en su inestable equilibrio. Entre estos dos adversarios nunca hay una coexistencia pacífica, sino sólo periodos más o menos largos de paz armada, treguas que se rompen bien por una oleada de autoridad (reacción) o por una ofensiva de libertad (revolución). Pero esta lucha incesante entre la autoridad y la libertad no es, en definitiva, más que la expresión filosófica de una realidad social bien definida: la lucha que enfrenta permanentemente a los que subsisten con los que esclavizan. La autoridad y la libertad se convierten así en los dos términos simétricos y opuestos de una misma proposición: la lucha de clases.

¿Podemos abolir toda autoridad? ¿Podemos concebir una libertad ilimitada? La autoridad es perjudicial, pero ¿podemos concebir un mundo sin autoridad? La libertad es el objetivo supremo de las aspiraciones humanas, pero ¿no corre el riesgo de que, sin límites y sin freno, se vuelque en el caos? En otras palabras, ¿no es la anarquía una utopía y la lucha que estamos librando un espejismo? Son preguntas incómodas, pero hay que responderlas.

Dejemos claro desde ahora un punto importante: la autoridad de la que hablamos aquí es la que se impone a los demás mediante la coacción, la violencia o el miedo, no la que se impone de forma natural por su resplandor moral. Es, pues, esa autoridad que, en la sociedad, se expresa por el poder y se manifiesta por la dominación. En cuanto a la libertad, es obviamente el derecho que todo ser humano debe (o debería) tener a actuar sin restricciones.

El problema social que plantea la dualidad entre autoridad y libertad ha sido abordado por los anarquistas en numerosas ocasiones. La revuelta inspirada por la autoridad ilegítima no es en absoluto una demanda de libertad total. Seamos claros: la libertad anarquista no es la libertad de pisotear las flores de un parque público o, en el extremo, de matar al vecino si uno lo desea. La libertad del individuo se opone a la libertad, el bien y la seguridad de las personas. Por lo tanto, los individuos tienen perfecto derecho a tomar medidas, cuando sea necesario, para evitar el daño a los que quieren hacer daño.

Pero, ¿en qué se diferencia de la sociedad autoritaria? Habrá dos grandes diferencias: el "servicio de orden" estará orientado a la prevención y no a la represión, como ocurre actualmente; y los miembros de este servicio de orden serán nombrados, no por las autoridades, sino por las comunidades interesadas, responsables ante ellas y revocables por ellas.

Seamos realistas. La sociedad ideal es un mito, ya que supone la perfección. La sociedad a construir, la sociedad anarquista, será un régimen que, más allá de la democracia y más que la democracia, estará orientado a la libertad. A través de estructuras cambiantes, porque son adaptables a las formas cambiantes de la evolución, tenderá hacia la autogestión generalizada, el gobierno de cada persona por cada persona, hacia una perfección que nunca se alcanzará plenamente. En la sociedad más autoritaria, siempre hay retazos de libertad. En la sociedad libertaria, seguirán existiendo parches de autoridad, cuya importancia disminuirá a medida que los humanos aprendan más sobre el uso de la libertad.

Entre estos dos polos opuestos, hay que hacer una elección clara y decisiva: o la autoridad con su "grandeza" y esclavitud concomitantes; o la libertad con sus difíciles prácticas. Los anarquistas han elegido la libertad".

Adaptación libre del texto "Elige la libertad" de Maurice Fayolle.

SOURCE : Bibliothèque Anarchiste

Traducida por Jorge Joya

Original: www.socialisme-libertaire.fr/2019/04/l-anarchie-de-a-a-z-l-comme-liber