Anarquía de la A a la Z: "B" de Burguesía

 "El 1 de mayo es el Día Internacional de los Trabajadores. Es un momento especial para afirmar la importancia de nuestras luchas y nuestros combates. Si marchamos en las calles, es también para mostrar nuestra fuerza colectiva a nuestro enemigo de siempre: la burguesía. 

Si aceptamos el hecho de que existe una clase trabajadora, formada por esclavos modernos (los asalariados) y un ejército de reserva maleable a voluntad (los parados), es igualmente lógico plantear la siguiente pregunta: ¿quién acapara el fruto de nuestro trabajo colectivo? Una pequeña clase transforma nuestro tiempo y trabajo en riqueza, la acumula y la hace fructificar. Nos deja sólo migajas, lo justo para evitar que nos muramos de hambre, nos asfixiemos bajo nuestras deudas o nos rebelemos. Esta clase de parásitos es la burguesía.

La burguesía adopta muchas caras y ropajes. No todos los burgueses tienen el mismo poder en la sociedad, pero todos tienen en común que tienen poder sobre sus empleados. A diferencia de los proletarios, que a menudo tienen dificultades para identificar sus intereses comunes, los burgueses reconocen inmediatamente los suyos cuando perciben el peligro. Su clase es fuerte porque consigue dividirnos, hacer reinar el terror con el pretexto de aplicar la ley y el orden. A pesar de sus pretensiones, la burguesía está lejos de preocuparse por el "bien común". No hay que ir muy lejos para darse cuenta de que la única ley que cuenta a sus ojos es la del más fuerte; que el único derecho que realmente importa es su sacrosanto derecho a la propiedad. Para velar por sus beneficios, ha creado un Estado, instituciones políticas, económicas y sociales, un sofisticado aparato represivo compuesto por cárceles, ejércitos profesionales y servicios policiales públicos y privados.

Tras 200 años de dominio, interrumpido por breves momentos revolucionarios, se puede decir que la burguesía ha modelado el mundo a su imagen y semejanza. Sus valores son los opuestos a los nuestros: competencia, individualismo, búsqueda absoluta de beneficios. Basta con mirar a nuestro alrededor para ver cómo la ideología burguesa ha contaminado a toda la sociedad. Algunos trabajadores han asimilado totalmente el punto de vista burgués, cultivando al mismo tiempo una actitud despectiva hacia otros miembros de la clase obrera. El prejuicio contra el "maldito BS" es una prueba de ello. Este comportamiento debe cesar, así como la colaboración de nuestras organizaciones de defensa colectiva (los sindicatos) con la burguesía. Seamos claros: tenemos intereses diferentes. No debemos dejarnos engañar por los espejismos del sistema capitalista, por las supuestas virtudes de la "concertación".

Una pequeña élite posee todas las herramientas de desarrollo, todos los medios productivos. Si somos comunistas libertarios es porque consideramos que todo lo que es fruto del trabajo colectivo debe pertenecer a la comunidad. En otras palabras, lo que actualmente pertenece a la burguesía es el producto combinado del trabajo de nuestra clase y, por tanto, debe ser gestionado colectivamente. Somos nosotros los que producimos, somos nosotros los que debemos tener la posibilidad de decidir la naturaleza de esta producción. Esto es lo que llamamos autogestión.

Antes de apoderarse de la superficie de la tierra, la burguesía se deshizo por la fuerza de la antigua camarilla dirigente (la nobleza y la aristocracia). Todos tendremos que hacer lo mismo si queremos transformar el mundo sobre la base de nuestros valores de libertad, igualdad y solidaridad. Es decir, recuperar lo que se nos debe para vivir por fin nuestros deseos y planes. 

FUENTE: Biblioteca Anarquista

 Traducido por Jorge Joya

Original: www.socialisme-libertaire.fr/2019/05/l-anarchie-de-a-a-z-b-comme-bourg