"La anarquía tiene una mala reputación, por decir algo. La palabra anarquía procede del griego "anarkhia", que significa simplemente "sin gobierno". Sin embargo, en su sentido más común, este término se ha convertido en sinónimo de caos, desorden, desorganización... ¿Son los anarquistas defensores de una sociedad rota, donde reinan la violencia y el odio? ¡
Nada más lejos de la realidad. Como señala el anarquista italiano Errico Malatesta (1853-1932), el persistente prejuicio contra la anarquía (y el anarquismo) se explica por una progresiva normalización de las relaciones autoritarias en nuestra sociedad. De hecho, si la anarquía nos parece peligrosa, es porque hemos renunciado al poder real sobre nuestras vidas, poder que hemos abdicado en el Estado y los jefes. Pero vivir sin "gobierno", libre de las supuestas "leyes del mercado", no sólo es posible, sino deseable. Al menos eso es lo que piensan los que se declaran anarquistas. He aquí la razón.
El anarquismo es el hijo turbulento de la gran familia socialista. Desarrollado en el seno del movimiento obrero hace casi 200 años, el anarquismo se ha ido formulando como una crítica radical al mundo que la burguesía ha configurado a su imagen y semejanza. Mientras que sus primos socialdemócratas conviven con el capitalismo y sus hermanos marxistas se llevan bien con el poder del Estado, el anarquista rechaza todo esto en nombre de una mayor libertad individual y colectiva, inseparable de la igualdad económica y social, y de una verdadera solidaridad entre los miembros de la comunidad. El anarquista no está satisfecho con los llamados "avances democráticos" del Estado burgués, ni con la supuesta "libertad de elección" de la economía de mercado.
Más allá de las apariencias, tanto el Estado como el mercado enmascaran la dominación de una minoría privilegiada sobre una masa de explotados. Esta dominación crea injusticia y desigualdad dondequiera que esté presente. Económicamente, estamos sometidos a la esclavitud salarial, incluso para satisfacer nuestras necesidades más básicas. Políticamente, nuestra única libertad es, con demasiada frecuencia, elegir a los que serán nuestros "legítimos" amos durante los próximos cuatro años (antes de ser sustituidos por otros amos igualmente "benévolos" con nosotros). Socialmente, se nos presenta el marco actual como el único horizonte para la humanidad, aunque sabemos perfectamente que su desarrollo nos lleva directamente a un precipicio ecológico. Obviamente, este sistema no funciona por sí mismo, como por arte de magia. Una clase social, la burguesía, concentra el poder político y económico y reina indiscutiblemente sobre nuestro mundo. Tendremos que deshacernos de ellos para vivir de otra manera, según nuestras necesidades y deseos. Pero todavía tenemos que ser capaces de ofrecer algo más a los que trabajan junto a nosotros cada día..."
FUENTE: Biblioteca Anarquista
Traducido po Jorge Joya
Original: www.socialisme-libertaire.fr/2019/05/l-anarchie-de-a-a-z-a-comme-anarc