A finales del siglo XIX, era mucho el interés que se tenía en Salamanca por construir una línea de ferrocarril directa hasta Ávila, pues se acortaba en 53 kilómetros el trayecto a Madrid, en relación con la que se venía utilizando a través de Medina del Campo. Era una distancia muy relevante si se tiene en cuenta que la velocidad de aquellos primeros convoyes se situaba entre 20 y 30 kilómetros por hora. A su vez, también era trascendental para la localidad de Peñaranda de Bracamonte, a medio camino entre las dos ciudades, que se sentía aislada y marginada en la red ferroviaria.
Tanto era el…