"Creo que queda algo del iPhone 13 'normal', de 253 gigas, en azul y no sé si en rojo", dice al otro lado del teléfono una dependiente de El Corte Inglés, que tras comprobarlo, sentencia: "Pues nada. Tampoco lo tengo. Es que había pocas unidades". Desde Electrónica estiman que aquellos que lo han reservado "por lo menos" tendrán que esperar "más de un mes" para recibir el nuevo dispositivo de la marca americana. Esta situación no es un caso aislado de la compañía que preside Marta Álvarez, sino la tónica general entre los grandes vendedores.

A finales de 1992, dos estudios distintos empezaron a trabajar en dos juegos diferentes cuyas descripciones suenan extrañamente idénticas entre sí. Cada uno de ellos debía convertirte en el último superviviente humano de una estación espacial asediada. Recorrerías sus pasillos en tiempo real en una vista en primera persona; ambos estudios se enorgullecían de su avanzada tecnología de gráficos en 3D. A medida que se exploraba, había que matar o ser matado por los monstruos que pululaban por el complejo.

Desde hace ya meses, la ensayista Naomi Klein nos advierte de que la crisis en la que casi todos los países del mundo han quedado sumidos tras la pandemia mundial de la COVID-19 se está convirtiendo en la excusa perfecta para la construcción de (en sus palabras) "una distopía de alta tecnología". Klein observa que Silicon Valley ya tenía toda clase de planes antes del coronavirus en que imaginaba sustituir muchas de nuestras experiencias corporales insertando tecnología en medio del proceso; y nos llama a resistir contra el 'New Screen Deal'.

El Casio G-Shock es uno de esos productos icónicos que este fabricante lanzó como parte de su familia de relojes. Aquellos relojes que se lanzaron en abril de 1983 en Japón destacaban por un sistema que resistía los golpes y las vibraciones.