La idea es fácil de explicar, un robot llega con el camión de la basura al vecindario, se encarga de vaciar los contenedores sin ningún tipo de asistencia, y sigue la marcha hasta el próximo barrio. Sí, parece inevitable que algunos estudien la forma de acabar con el trabajo de otros, pero es la evolución que nos toca vivir. Eso es más o menos lo que estudia hacer el grupo Volvo con el proyecto ROAR, con la ayuda de otras instituciones como las Universidades de Charlmers y Mälardalen.
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