Aunque en realidad habría que decir que hubiera usado carbón como combustible porque el P.13a, igual que muchos otros proyectos más o menos desesperados alemanes de aquella época nunca llegó a volar. Pero sí lo hizo el Lippisch DM-1, un planeador diseñado para comprobar algunas de sus características en vuelo. El P13.a carecía de tren de aterrizaje, así que usaba un carrito de tres ruedas para la carrera de despegue y aterrizaba sobre un patín ventral. Al alcanzar la velocidad adecuada un inyector de gas encendería las bolas de lignito.
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