China está construyendo un futuro autoritario de alta tecnología; está adoptando el reconocimiento facial y la inteligencia artificial para identificar y monitorear a sus 1400 millones de habitantes. En Qingdao, una ciudad famosa por su herencia colonial alemana, cámaras que funcionan con inteligencia artificial ayudaron a que la policía atrapara a dos decenas de sospechosos en medio de un enorme festival de cerveza que se celebra todos los años. En Wuhu, una cámara identificó a un sospechoso de homicidio que estaba fugitivo.
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