El encanto de la Gamebaby es que en realidad es un teléfono normal y corriente al que se le ha añadido una capa retro física que lo convierte en algo parecido a una Gameboy de Nintendo. Es como volver a tener una consola portátil pero sin las pilas. Su funcionamiento es tan sencillo como el mecanismo de un chupete. Basta con colocar las dos partes de la que consta, que hacen las veces de funda, tirar hacia abajo de la parte inferior para «sacar» los mandos y ya está.
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Creado como proyecto de financiación colectiva, la Gamebaby se vende (o venderá) por 39,99 dólares
Dos trozos de plástico por $40 para jugar a juegos viejos, tienen esperanzas en el "hipsterismo" más que otra cosa.