La policía y las agencias federales están respondiendo a una violación masiva de datos personales vinculada a un sistema de reconocimiento facial que se aplicó en bares y clubes de toda Australia. El incidente pone de manifiesto los problemas de privacidad que están surgiendo a medida que se generaliza el uso del reconocimiento facial con base en inteligencia artificial (IA), desde centros comerciales hasta eventos deportivos. La empresa afectada es Outabox, con sede en Australia, que también tiene oficinas en Estados Unidos y Filipinas.
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