Las empresas tecnológicas llevan tiempo buscando solución a este asunto, pero no es sencillo. Los datos biométricos como huellas dactilares, voz, patrones faciales o retina, que podemos usar para desbloquear el móvil o hacer pagos no están aún lo suficientemente extendidos y desarrollados para emplearlos en todos los casos. Y además pueden arrojar falsos negativos, es decir, que en ocasiones no reconozcan al propietario de los mismos, contribuyendo a esa fatiga y estrés al no permitirnos acceder a nuestros dispositivos o cuentas.
|
etiquetas: contraseñas , ciberseguridad , estrés