“Entré en la industria del videojuego con una imagen algo idílica e ingenua, pero después de estos meses y años de crisis he llegado a plantearme cambiar de sector”. Arnau Aguilar tiene veinticinco años y es un desarrollador afectado por el reciente cierre de Smilegate Barcelona, la división que hasta hace unos pocos días tenía este gigante del videojuego surcoreano, creador de éxitos internacionales como Lost Ark o Crossfire, en la Torre Glòries de la ciudad condal. Desde su fundación en 2020, el equipo de Barcelona había dado trabajo a decena
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