Javier, Teresa y Nacho son tres ejemplos que confirman que los controles parentales actuales son farragosos y tienen agujeros. La nueva normativa que cocina el Gobierno para proteger digitalmente a los menores obligará a los fabricantes a que todos los dispositivos tengan, de fábrica, un sistema “sencillo” de control parental. La futura ley crearán nuevas figuras penales para evitar el acceso infantil a contenidos inapropiados y las ultrafalsificaciones con IA. Además, elevará de 14 a 16 años la edad para consentir el tratamiento de los datos p
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