Este nuevo propulsor, que está dirigido a astilleros, armadoras o navieras, consiste en abrir en la proa un agujero y sacar una tubería paralela a la eslora hasta la hélice para canalizar el agua. Los grandes buques tardan muchísimo en frenar debido a su inercia y este sistema puede mejorar la eficiencia canalizando el agua hacia las hélices generando electricidad durante la maniobra de aproximación a costa.
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