Julie Uhrman, fundadora de Ouya, ha dejado su cargo al frente de la compañía que levantó con la ayuda de ocho millones y medio de dólares que los backers depositaron en su campaña de Kickstarter y ha vendido la empresa a Razer. Los desarrolladores de videojuegos no solo no están contentos con su venta sino que están muy cabreados y se sienten estafados. A algunos la compañía les debe dinero, y los acuerdos impagados van desde los 5.000 hasta los 30.000 dólares.
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