En el parque Bryant de Manhattan tres cámaras en la azotea de un restaurante graban todo lo que ocurre cada día. Estas cámaras se emiten de manera pública. Fuimos capaces de convertir el contenido de esas cámaras en un sistema de reconocimiento facial por menos de 100 dólares utilizando una tarjeta de crédito y un servicio disponible para cualquiera que tenga un acceso a internet. El proceso fue completamente legal.
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