Atacar a la enfermedad y no al paciente. Parece intuitivo, pero tomó mucho trabajo lograrlo. Cuando este científico alemán encontró la cura para la sífilis siguiendo esa brillante idea, no hubo vuelta atrás.
Este investigador, premio nobel de Medicina 2001, dirige en Londres el mayor centro de investigación biomédica de Europa y ha concedido una entrevista a la Cadena SER.