Sanidad está investigando la aparición de este brote causado por la fiebre Q, una enfermedad propia de los animales, conocidas por el nombre de zoonosis, que se debe a la bacteria Coxiella burnetti y se comporta como una enfermedad febril aguda que se caracteriza por la presencia de escalofríos, cefalea, malestar general, mialgias y sudaración profusa, de acuerdo con las especificaciones dadas por Sanidad. Al haberse detectado más de dos casos de la enfermedad, se habla de un brote pues se evidencia una relación epidemiológica.

Ante el cuadro febril de un niño, siempre está justificada la precaución, pero con medida. La alarma exagerada no es conveniente. Hay que evitar la fiebrefobia, el miedo a la fiebre. Ante la mínima subida de la temperatura corporal del bebé, los padres nerviosos experimentan una angustia injustificada por el estado de salud de sus hijos, sienten la necesidad de acudir inmediatamente a un servicio de urgencias o al pediatra y suelen administrarle medicación innecesariamente.

Las pediatras Lucía Galán y Amalia Arce resuelven algunas de las dudas más frecuentes. Los bebés menores de 6 meses con fiebre deben de ser valorados en consulta. Existen unos 200 virus que provocan hasta 8 infeccciones al año concentradas en invierno.