Investigadores de la Escuela de Medicina de Harvard han identificado una correlación entre los altos niveles de estrés en el cerebro y el riesgo de padecer una enfermedad cardíaca o un accidente cerebrovascular.
Una investigación asegura que el consumo de alcohol, aunque sea moderado, duplica el riesgo de ataque cardíaco y accidente cerebrovascular, sobre todo en la hora posterior de haberlo bebido.