Hace 8 meses decidí portar a otra compañía mi ADSL y móvil. En cuanto lo hice, Vodafone rauda y amablemente me realizó una oferta a la que se habían negado durante el último año. 50% de descuento en fijo y móvil durante 2 años.
Anonadado por tanto ahorro acepté y desde entonces mi relación de amor-odio con Vodafone ha pasado a uno de trance-odio-resignación. Puntualmente, todos los meses emiten una factura con el descuento en el ADSL y sin el descuento en la línea móvil. Con 16 ridículos euros de más. Llamo consternado y una amable operadora me hace la devolución del importe en mi cuenta y me asegura que el mes siguiente no va a volver a pasar.
Así hasta 8 veces.
En la última, ayer, le dije que (es a la tercera operadora a la que se lo digo, tonto de mí) como no están cumpliendo con su parte del acuerdo que me iría con mi ADSL y mi móvil a otra compañía. A esta operadora la pillé más lanzada que a las anteriores, me replicó que sí me han devuelto mi dinero todos los meses y que si me voy me cobrarán una penalización de 200 €. Le comenté que no pensaba llamar cuando el mes que viene volvieran a equivocarse, que de esa forma no me devolverán mi dinero, que a continuación les enviaré un bonito burofax diciéndoles que me voy y que le adjuntaré el contrato que tengo por escrito con los descuentos y la factura que me enviarán en febrero sin los debidos descuentos. No entiendo por qué se enfadó y me colgó. Ni siquiera me llamó Vodafone para que valorara la atención recibida. Yo pensaba darle un aprobado por lo menos y mi solidaridad ante el ERE que se le avecina.
Tengo una aventura casi igual de simpática con una importante compañía de GPS, otra con una no menos importante de ordenadores e incluso una, muy aburrida, con una conocida tienda online china. Reconozco que la simultaneidad de todas estas me está empezando a superar pero lo dejaré para otro día para no aburriros demasiado.