El Pacto de San Sebastián de 17 de agosto de 1930, a la que concurrieron representantes de las más importantes fuerzas políticas y personajes de la oposición al sistema monárquico[12],entre las que es fácil destacar una nutrida participación de masones, se aprobó el derrocamiento de la Monarquía, sentando las bases y principios de lo que sería el régimen republicano, entre los que se incluía una profunda descentralización territorial y el Estado Laico.